Cuando hablamos de velocidad de impresión nos referimos al número de impresiones que puede completar una impresora en un tiempo determinado. Por lo general las mediciones se realizan en un minuto, de manera que en los resultados de cada impresora aparece una referencia que indica «ppm» (páginas por minuto).
La velocidad de impresión es muy importante y debemos tenerla en cuenta porque de ella depende el ritmo de trabajo que es capaz de mantener una impresora. No es lo mismo contar con una impresora que trabaja a 10 páginas por minuto que disponer de una que puede trabajar a 30 páginas por minuto, ya que la segunda imprimirá tres veces más rápido.
Ese es el valor fundamental de la velocidad de impresión, que permite sacar adelante mayores cargas de trabajo en menor tiempo. Esto es especialmente útil en pymes y en oficinas en las que se trabaja con tiradas grandes de documentos y en las que se imprime a diario.
Sin embargo debemos tener en cuenta que la velocidad de impresión debe valorarse de forma conjunta con la capacidad óptima de impresión, ya que de poco sirve una impresora que puede trabajar a 30 ppm pero que sólo puede imprimir de forma óptima 200 páginas al mes. Para ayudaros a entender mejor esta cuestión os dejamos una relación óptima de capacidad y velocidad de impresión:
- Hasta 500 páginas: debemos buscar soluciones que ronden las 10 páginas por minuto.
- Hasta 1.000 páginas: es aconsejable un mínimo de 15 páginas por minuto.
- Hasta 2.000 páginas: no menos de 20 páginas por minuto.
- Hasta 4.000 páginas: como mínimo 35 páginas por minuto.
Si buscáis una impresora de alto rendimiento para vuestra pyme os recordamos que las HP OfficeJet Pro son la mejor opción para ciclos de trabajo mensual de hasta 2.000 páginas. Si vais a superar dicha cifra os recomendamos apostar por HP PageWide.