El gran crecimiento que ha experimentado el uso de documentos digitales en la empresa ha llevado a algunos a asegurar que dicho formato está comiendo terreno a la impresión tradicional, pero nada más lejos de la realidad.

La impresión en papel sigue siendo un pilar básico dentro de cualquier empresa, una afirmación que resulta visible en varios frentes y que se mantendrá como cierta durante mucho tiempo.

Podemos poner muchos ejemplos en este sentido, aunque sin duda los más representativos se ven en el día a día de toda empresa, tanto pymes como grandes firmas. Sí, basta con ver un día de trabajo en cualquier pyme para darnos cuenta de la veracidad de lo que hemos dicho.

Facturas y albaranes para clientes son dos claros ejemplos dentro de este contexto que, como decimos, se viven a diario, pero hay mucho más, como la elaboración de proyectos, los documentos internos y otro tipo de documentos que, en ocasiones, preferimos tener en formato físico por razones de seguridad.

Finalmente hay otro punto que debemos tener en cuenta, y es que trabajar con documentos físicos es normalmente más cómodo y rápido que hacerlo con sus homónimos en formato digital. De esta forma la llevanza de numerosas cuestiones de orden interno se mantienen sobre papel, además de ciertos temas de especial importancia.

En resumen, como anticipamos la impresión sigue siendo una pieza clave en cualquier empresa y por ello las impresoras son una herramienta esencial dentro de la misma, así que debemos tener cuidado a la hora de elegir una y en su utilización diaria.

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