Durante su estancia en Portugal Thom Brown habló sobre la importancia de los consumibles originales, dando un pequeño repaso e investigación sobre qué se esconde detrás de algo tan aparentemente sencillo como un cartucho de tinta.
Es evidente que la primera diferencia que notaremos entre un consumible original y uno no original es la calidad de imagen, algo que puede llegar a marcar una distancia enorme entre ambos cartuchos y que nos perjudicará considerablemente si optamos por los no originales.
Así, no es extraño que tengamos que realizar varias impresiones de una misma imagen en un intento de obtener una mejor calidad de imagen, pero lo cierto es que dicho esfuerzo será en vano y no nos quedará más opción que enfrentar la realidad de que lo barato sale caro.
Otro punto a tener en cuenta es que los consumibles no originales suelen fallar con cierta frecuencia, algo que puede ser bastante aparatoso ya que dichos fallos suelen incluir derrames de tinta que pueden hacernos perder bastante tiempo.
Esto nos obligará a comprar otro consumible que, en el caso de ser no original, tendrá otro riesgo de fallo y de nuevo podría suponer un gasto adicional.
Como vemos con los consumibles no originales sacrificamos calidad, fiabilidad y enfrentamos costes ocultos que tiran por tierra ese supuesto ahorro que parecen ofrecer en un primer momento.
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