A la hora de contratar un nuevo trabajador, podemos encontrarnos con distintos perfiles de candidatos. Juan Martínez Salinas, experto en Recursos Humanos, comenta en su magnífico blog algunos de los perfiles más curiosos que pueden presentarse en nuestra pyme.
Candidatos demasiado comodones, ausentes o incluso adictos a su teléfono móvil mientras se está realizando la entrevista laboral son únicamente algunos de los perfiles ante los que tenemos que estar prevenidos.
El candidato comodón
Hay candidatos que se inscriben a las ofertas de trabajo cumpliendo el perfil. La sorpresa viene cuando se les llama para citarle a las entrevistas y nunca les va bien, todo son pegas. Hay gente que, si la empresa está en un polígono industrial comienzan por decir “no tengo coche”; el representante de la empresa que les llama les dice ¿no tenéis otra forma de venir? Dándole la posibilidad de volverle a llamar para cuando se hayan podido organizar.
El candidato «Hoy no me viene bien y mañana tampoco»
Hay quienes tienen una agenda de lo más apretada y no tienen tiempo para la entrevista: todo un calvario para fijar un día y una hora. Se supone que las empresas también dan suficiente flexibilidad y avisan con tiempo suficiente. Si que es cierto que existen algunas que convocan una entrevista para esa misma tarde o para la mañana siguiente. Sin embargo, incluso ofreciendo un alto grado de flexibilidad, para muchos candidatos nunca será suficiente.
Imaginemos que la persona que llama a los candidatos para citarles les dice “de lunes a viernes en este intervalo horario ¿qué día le va bien?”. Siempre está el candidato que dice “¿no podría ser el sábado?”.
El candidato ausente
¿Cuántas veces un entrevistador es flexible quedándose fuera de su horario para realizar las entrevistas a candidatos que no pueden en otro momento y estos ni aparecen a la hora acordada, ni por supuesto llaman? Simplemente, por educación y respeto a los demás, si algún candidato no puede asistir a la cita, sea cual sea la razón, tiene que llamar.
Si, además, se toma la iniciativa de contactar a estos candidatos para ver por qué no han acudido, las respuestas son de lo más inaceptables. Cuando son varias las ocasiones en las que ocurre esto, muchos profesionales de selección se cierran en banda, pasando a ser inflexibles.
El candidato «como Pedro por su casa»
La imagen es fundamental a la hora de presentarse en una empresa. Ya han pasado los tiempos en los que era necesario acudir con corbata y traje. Según qué perfiles, sigue siendo importante. Sin embargo, siguen existiendo candidatos que se presentan vestidos en chándal, con pantalón corto, camiseta y chancletas, o con combinaciones de colores un tanto… arriesgadas.
También está la versión “Fiebre de Sábado Noche”, como si fuesen de copas con sus amigos, con una imagen excesivamente informal. A las entrevistas de trabajo se debe ir vestido de forma adecuada, sin llamar la atención.
El candidato «rumiante»
Aunque parezca mentira, muchos acuden a la entrevista mascando chicle durante toda la entrevista y hasta de vez en cuando hacen pompas pareciéndoles de lo más normal.
El candidato «Movistar»
¿En cuántas entrevistas se lleva el teléfono móvil encendido, sonando en medio de una entrevista y respondiendo sin dudarlo? Este tipo de cosas dicen mucho de los candidatos porque si se comportan así en el proceso de selección, ¿de qué serán capaces una vez incorporado?
El candidato «En el cascarón»
Suelen ser candidatos jóvenes, que acuden a las entrevistas de trabajo acompañados de sus padres y madres, que van hasta la puerta de la empresa e incluso, pretenden entrar también en la entrevista. ¡Cómo va a ir sólo su hijo! Quizás sea la inexperiencia. Si se va a un proceso de selección acompañado, es recomendable que se esperen fuera. Causa mejor impresión.
En el artículo escrito por Martínez Salinas se recogen muchos otros tipos de candidatos y se amplía con su experiencia personal los distintos tipos que hemos expuesto hasta aquí. Recomendamos por lo tanto una detenida lectura de un artículo que seguramente arrancará más de una carcajada.