En una decisión histórica, la Unión Europea ha aprobado la directiva del Derecho a Reparar, a nivel europeo, en Bruselas. Esta directiva, votada a principios de enero, marca un punto de inflexión crucial para los consumidores, los reparadores independientes y el medio ambiente.
Las disposiciones clave incluyen los siguientes puntos:
- Disponibilidad de piezas y herramientas de reparación. Se exige a los fabricantes proporcionar piezas y herramientas de reparación a un precio razonable, abarca una amplia gama de dispositivos electrónicos, incluidos teléfonos inteligentes y tabletas. Esto garantiza que los consumidores tengan acceso a reparaciones asequibles y rompe los monopolios que han dominado los mercados posventa.
- Prevención de obstrucciones. Se prohíbe a los fabricantes utilizar cláusulas contractuales, técnicas de hardware o software para obstaculizar las reparaciones independientes. Se salvaguarda la compatibilidad con piezas de segunda mano o emitidas en 3D por reparadores independientes, lo cual promueve la competencia justa y la innovación.
- Promoción de la competencia justa. Los esfuerzos continuos se centran en garantizar un mercado justo y competitivo, donde los dispositivos estén diseñados para durar, sean fácilmente reparables y tengan un precio razonable para cualquier profesional, certificado o independiente. La directiva sienta las bases para mejoras adicionales en la reparabilidad del producto y la competencia justa con los fabricantes.
Marie Castelli, jefa de Asuntos Públicos en Back Market, marketplace líder de tecnología reacondicionada, expresó la importancia de esta directiva, al afirmar que «la creación de leyes de la UE es un proceso paso a paso, y el que acaba de ocurrir es enorme». Aunque se reconoce el progreso, se admite que el trabajo en reparabilidad de productos y competencia justa aún no está completo.
La propia Marie Castelli reconoce que se esperaba que el ámbito de aplicación fuera más amplio (por ahora solo se cubre una lista precisa de productos) al comentar que “Aunque lo que se ha votado está muy bien, ahora debemos seguir avanzando y ampliando estas medidas a una gama más amplia de productos tecnológicos. Además, deberíamos centrarnos en aplicar como primera opción a los consumidores que utilizan la garantía cuando un producto no funciona correctamente, en lugar de reponer el dispositivo completo”.
Por tanto, entre los próximos pasos es esencial la reapertura de los requisitos de ecodiseño para otros dispositivos electrónicos de gran consumo además de abordar las bajas tasas de recopilación de productos usados en la UE. Este acceso al suministro local es vital para impulsar la industria de la renovación. Se proponen soluciones como un «bono de devolución» como los planes renove, campañas educativas e incentivos para empresas que reduzcan las emisiones mediante el uso de dispositivos usados o renovados.
El Derecho a Reparar es un gran avance para la industria tecnológica, pero en especial para el medioambiente. Se necesitaba una reglamentación que esté orientada a disminuir los residuos electrónicos. El modelo actual de consumo es insostenible y se debe poner fin a la cultura de “utilizar y tirar”. Un estudio elaborado por la Agencia Francesa para la Transición Ecológica (ADEME), ha demostrado que comprar un producto reacondicionado en lugar de uno nuevo reduce hasta un 90% el impacto medioambiental.