Zebra ha compartido con la industria de hostelería y restauración una serie de recomendaciones para acabar con uno de los elementos más dañinos para el medio ambiente: el plástico.
El plástico es limpio, duradero, brillante, higiénico, mantiene frescos nuestros alimentos y es reciclable. Pero está por todas partes: en el océano, en las playas, en el agua, en el aire e incluso dentro de nosotros. Y lo que es más aterrador, entre el 80% y el 85% de la basura marina que se encuentra en las playas de la Unión Europea (UE) es plástico, y en 2050 habrá más plástico en el mar que peces.
Esta es la razón por la que los restaurantes, minoristas, hosteleros y demás empresas que sirven alimentos y bebidas deben hacer cambios para ser parte de la solución y no del problema.
“Los consumidores esperan que las empresas sean más respetuosas con el medio ambiente, además de que muchos gobiernos están exigiéndolo”, declara Lorna Hopkins, especialista en RFID de Zebra Technologies EMEA. “No cabe duda de que, en el fondo, todos desean que su organización sea más sostenible, en primer lugar, porque es lo correcto, pero también porque hay atender a un grupo demográfico más joven a quien la protección del planeta importa profundamente. Son la generación del futuro”.
Aumentan las prohibiciones
Desde el 3 de julio de 2021, la Directiva sobre plásticos de un solo uso prohíbe los cubiertos, platos, pajitas, agitadores de bebidas, vasos de poliestireno y tapas de plástico en todos los Estados miembros de la UE. Una legislación similar entrará en vigor en el Reino Unido en octubre de 2023. En EE.UU., los estados y ciudades están intentando seguir el ejemplo, ya que no existe una legislación federal que dicte el uso del plástico.
Aunque es lo mejor para nuestro planeta, estas nuevas leyes no han beneficiado a los restaurantes de comida rápida (QSR – quick service restaurant) y otros negocios que sirven comida y bebidas. Es probable que el cambio forzoso les haya afectado mucho al tener que buscar tapas de bebidas, pajitas, agitadores de café y, a mayor escala, nuevas tarrinas y contenedores que puedan lavarse y reutilizarse fácilmente. Sin embargo, los responsables de estos negocios no pueden escurrir el bulto. Tienen que demostrar que los plásticos que aún se utilizan siguen un proceso circular que evita que el equipo los envíe a un vertedero.
Es necesario demostrar cuántas veces se utilizan para saber cuándo hay que reciclarlos, lo que significa que tanto los sistemas de gestión de activos como el comportamiento del personal también tendrán que cambiar. La buena noticia es que las empresas ya están empezando a hacerlo, adaptándose inteligentemente a nuevas formas de trabajar más ecológicas, donde hay mucho que aprender de sus éxitos.
RFID como parte de la solución
Una importante cadena mundial de comida rápida ya ha puesto en marcha una forma de hacer un seguimiento de los recipientes de plástico que utiliza para almacenar ingredientes, preparar platos, etc., desde su producción, pasando por su reutilización, hasta su reciclado final. La innovadora solución incluye etiquetas de identificación por radiofrecuencia (RFID), listas para el lavavajillas que se aplican en el momento de la fabricación para identificar los plásticos de forma exclusiva.
“Con un lector RFID manual, las etiquetas se leen fácilmente cada vez que los artículos se envían al lavavajillas. Cuando vuelven relucientes, los artículos se escanean rápidamente para volver al restaurante y garantizar que haya existencias suficientes para el día”, explica Lorna Hopkins. “Los plásticos tienen un número finito de lavados antes de requerir sustitución, la cual depende de lo que establezca cada cadena. En el momento en el que se acercan al límite, una aplicación de software avisa a los responsables de la tienda para que puedan pedir nuevas existencias”.
El personal de la tienda también se beneficia de esta tecnología. Una pantalla avisa al equipo si se han desechado artículos reutilizables -y cuántos se han desechado- para que puedan recuperarse y evitar multas por infracciones de vertido. La solución es fácil de instalar y, al disponer siempre de una visión en tiempo real del ciclo de vida de los activos reutilizables, ayuda a prevenir la pérdida de artículos de plástico y evitar sanciones.
Además, el sistema no se limita al plástico. Puede utilizarse para hacer un seguimiento de otros artículos reutilizables, reducir las pérdidas y el desperdicio de alimentos. El resultado es un funcionamiento más eficaz que ayuda a proteger el medioambiente, ahorrar plástico y dinero.
“La tecnología RFID no sólo está diseñada para ayudar a los restaurantes a realizar un seguimiento de sus activos. Hemos instalado miles de soluciones de seguimiento de activos a medida en todo el mundo, que incluyen, entre otros, el seguimiento de jugadores de la NFL, el seguimiento de fichas de casino, la prevención de pérdidas de gafas de diseño, la protección de cactus en peligro de extinción, el mantenimiento de piezas de cocina unidas y el control de la distribución de cannabis medicinal”, concluye Hopkins.