Los modelos híbridos de trabajo cada vez están más presentes en las empresas, desde la irrupción de la pandemia. Por ello, el sector de las oficinas flexibles también ha tenido un gran desarrollo en los últimos años; una fórmula cada día más valorada y que se extiende por todo el mundo de manera imparable.
Operadores como Lexington, pioneros en el alquiler de espacios flexibles en España, cubren las necesidades de aquellas compañías que buscan entornos de trabajo que se ajusten a sus circunstancias cambiantes de manera ágil y productiva.
La adaptación a este modelo de trabajo ya no solo se da en algunas empresas de perfil determinado, sino que cada vez son más las compañías de todos los tamaños que están cambiando su estrategia de workplace.
CBRE, una de las consultoras referentes en el sector inmobiliario, ha elaborado un informe para el que ha encuestado a representantes de varias empresas estadounidenses de servicios profesionales que emplean a un total de 1,6 millones de trabajadores. El 80% de las compañías que participan en el estudio ya cuenta con espacios flexibles en su portfolio de oficinas, y un 70% prevé doblar la cantidad de este tipo de entornos para 2024.
Ventajas
Las oficinas flexibles ofrecen numerosas ventajas tanto para las compañías como para los diferentes equipos que las conforman. La globalización y la búsqueda del mejor talento ha provocado que muchas empresas cuenten con trabajadores repartidos en distintos lugares del país, e incluso por todo el mundo, haciendo imposible para el global del equipo acudir presencialmente a una misma oficina.
Normalmente, estos profesionales cuentan con unos horarios y necesidades distintas unos de otros, por lo que los espacios flex son una muy buena alternativa de adaptabilidad a los diferentes ritmos que conllevan cada puesto y cada proyecto.
Las compañías también observan otras virtudes al elegir las oficinas flexibles para su estrategia de workplace, como son la reducción del capex o salvar la brecha entre las soluciones a largo plazo. Las expectativas de crecimiento del sector muestran que el inicio de las oficinas flexibles no ha hecho más que empezar, ya que, según CBRE, las empresas encuestadas duplicarán su presencia en estos espacios hasta un 12% en 2024.
Preocupaciones
El informe también refleja las principales preocupaciones que las compañías consideran respecto al modelo de espacios flexibles y que tienen que ver con requerimientos avanzados de seguridad IT, falta de disponibilidad para determinadas configuraciones o capacidades y el miedo a que el sentimiento de grupo pueda acabar diluido en un entorno de trabajo poco personalizado.
Los operadores flex especializados en clientes con perfil corporativo como Lexington ya contemplan estos aspectos como necesidades core que cubrir y ofrecen espacios de oficina 100% dedicados, tanto a nivel tecnológico como de identidad de marca.
Y es que hay algo en lo que el total de empresas con perfil corporativo que han decidido pasarse al flex coinciden en el informe CBRE Agile Practice 2022: el uso de los llamados enterprise spaces, open-spaces o plantas enteras de carácter privativo para cada compañía, con amenities a medida para el equipo, zonas de trabajo y de reunión, decoración e imagen de marca… además de acceso a las zonas comunes del resto del espacio, salas de reuniones para alquilar por horas, cocinas y coffee points, entre otras.
Por otra parte, dejarse asesorar por profesionales, implementar el modelo de trabajo híbrido y encontrar la mejor combinación entre el espacio privado disponible y fórmulas on demand son la clave para encontrar el perfect fit que busca cada empresa.
Según palabras de David Vega, CEO de Lexington: «Las oficinas flexibles han dejado de ser una solución a corto plazo, un entorno de trabajo de paso, para convertirse en la alternativa que completa las estrategias de workplace de compañías de todos los tamaños. Optimización de costes, ubicación estratégica, instalaciones pensadas para el bienestar de los equipos y la tecnología más puntera son algunas de las características que definen el presente (y futuro) de los espacios de trabajo. Un horizonte que, sin duda, es flexible».