Las nuevas tecnologías, y en concreto internet, han revolucionado la forma de consumir alimentos, especialmente desde la irrupción de la pandemia. Algo tan cotidiano como ir al supermercado se convirtió en un obstáculo para muchos consumidores, por lo que los retailers centraron sus esfuerzos en impulsar las estrategias de venta en el canal online.
El sector ecommerce de alimentación alcanzó una cuota del 8% en los momentos más álgidos del confinamiento en 2020, según Kantar. Actualmente la cifra de penetración del canal online se sitúa entre el 3% y el 4%.
Pese a que en un primer momento la adaptación al canal online llegó casi por necesidad, son muchos los españoles que han adoptado esta forma de llenar la cesta de la compra. Entre las virtudes de la compra online está el ahorro de tiempo y las entregas programadas, sin embargo los retailers se enfrentan a algunos retos este próximo año.
Desde Webloyalty, compañía experta en generación de ingresos adicionales para ecommerce, apuntan hacia un cambio en el perfil de los consumidores, cada vez más exigentes y polarizados, que demandan productos saludades, sostenibles y de proximidad en tiempos de entrega programados y, muchas veces, se decantan por repartos ultra rápidos.
“Antes de la pandemia el gasto online en gran consumo crecía de forma notable. Ahora la cuota se ha duplicado con respecto a hace un par de años”, comenta Paula Rodríguez, business development director de Webloyalty España. “En este tiempo ha crecido la concienciación sobre el origen de los productos, con especial peso y preocupación por la sostenibilidad y el consumo de proximidad. Las entregas programadas o incluso inmediatas, comprar en cualquier momento y lugar así como la comodidad son los principales atractivos para los consumidores”.
Consumidor en el centro
El devenir de la pandemia y las nuevas variantes del coronavirus han provocado un efecto de impotencia e indefensión en gran parte de la población. Ante esta situación, el corto plazo ha ganado protagonismo y esto se ve reflejado también en el consumo. “Cuando suceden eventos que se escapan del control individual de cada uno, los consumidores tienden a autocomplacerse con aquello que está en su mano. Por este motivo, se ha visto una tendencia hacia el autocuidado físico, la preocupación por la salud mental, la alimentación de productos saludables o los pequeños caprichos del día a día”, apunta la experta de Webloyalty.
Productos frescos, saludables y de proximidad
Para los consumidores los productos frescos habían supuesto una de las principales barreras para comprar online. Durante estos dos años la confianza hacia los frescos ha ganado fuerza y los retailers se han esforzado por mejorar las entregas. Además, el hecho de que el teletrabajo se haya implantado como modalidad híbrida para muchas compañías también ha ayudado a superar otra de las barreras a las que se enfrentaba el sector, como era la presencialidad en casa a la hora de recibir el pedido. Por este motivo, los retailers han ampliado los horarios de los repartos a domicilio para reforzar este servicio.
En cuanto a los tipos de productos de alimentación más buscados, una de las tendencias de los consumidores es decantarse por productos saludables, es decir, la denominada comida real. La crisis sanitaria del coronavirus ha provocado que los consumidores se preocupen todavía más por su salud personal y sean más conscientes de los tipos de alimentos que ingieren.
La compra en 10 minutos
El consumidor valora la inmediatez en los servicios de entrega. En esta escalada por reducir los plazos de reparto han surgido con éxito modelos de negocio que realizan entregas muy rápidas en núcleos urbanos. Unas compañías que disponen de almacenes, conocidos como dark stores, en los que los clientes no entran, sino que son los propios empleados los que realizan la compra al cliente tras recibir el pedido online. “Estos supermercados están diseminados estratégicamente en diferentes zonas de las grandes ciudades para comprometerse a llegar en el plazo de entrega estimado: el tiempo es el gran reclamo”, concluye Paula.