Esta es la historia de un peluquero de Zaragoza que lanza su propia academia y utiliza internet para atraer cientos de nuevos clientes, facturando 50.000 euros, solo con 1.200 de inversión. También es la historia de un ingeniero alicantino, dueño de una academia, que desarrolla su formación online con un ticket medio de 1.000 euros. O la historia de un abogado balear que paraliza su despacho en plena pandemia, crea un máster en derecho deportivo y ya ha facturado cerca de 300.000 euros, solo en su primer año de actividad.
¿Qué ha pasado para que los negocios de estos pequeños empresarios hayan crecido de una forma tan brutal en plena pandemia? La clave está, por una parte, en la formación y, por otra, en la digitalización. En todos los casos son alumnos o exalumnos de la escuela de negocio, LEVEL UP, y también todos ellos comparten la idea de que si no hubieran apostado por la tecnología, al inicio de la pandemia, sus negocios hoy ya no existirían.
Jorge, peluquero: «Parece mentira, pero aún hay negocios que piensan que tener una web no es necesario»
«Soy Jorge, de 35 años, nacido en Zaragoza. Somos nueve personas ya en mi empresa«. El sector de la estética fue uno de los más castigados durante estos meses de pandemia; sin embargo, a día de hoy, este emprendedor ya cuenta con tres locales en la capital maña, dos barberías y una escuela de barbería. Y, lejos de quedarse ahí, también ha desarrollado una línea de productos propia para distribuir otros comercios. Jorge abrió solo su primer negocio, La barbería del tío Jorge, hace solo seis años.
Aunque no tenía idea de marketing digital, supo desde el principio que para crecer iba a necesitar adaptarse a un mercado que ya estaba inmerso en una auténtica revolución tecnológica. Así que se apuntó a un master digital, mejoró su página web y contrató a una agencia que, a día de hoy, les gestiona todo lo relacionado con las campañas publicitaria en redes. «También implementamos una APP de reserva de citas que nos quitó el 85% de las llamadas y que la verdad que fue un gran alivio», nos cuenta.
Como muchas pymes, sus primeros pasos en la digitalización fueron crear una página web. «Parece mentira, pero aún hay negocios que piensan que esto no es necesario». Con ello, lograron más visibilidad en el sector y en la zona donde trabajaban, que se tradujo en un aumento de clientes, tanto en las barberías como en la escuela. «Personalmente, pienso que si hoy en día no estás activo en internet, no existes, no vale simplemente con tener una web y redes sociales«.
Jorge nos confiesa que cada vez quiere estar «más digitalizado«; de hecho, entre sus principales objetivos para este año está destinar el 10% de sus ingresos a la digitalización y campañas en la web, contenido para YouTube y redes sociales, crear una web nueva para la escuela, etc. «Uno de mis proyectos a corto plazo es mover nuestra línea de productos por las principales peluquerías y barberías de nuestra comunidad autónoma y provincias colindantes», indica.
Sergio Fabra, ingeniero: «¡Empieza, no tires la toalla!»
Sergio Fabra es el director de la Academia Serfa. Ingeniero técnico de obras públicas e ingeniero de caminos, canales y puertos de formación, acabó la carrera en el año 2010, en plena crisis de la construcción. Tras estar varios meses buscando trabajo «de lo suyo», empezó a desarrollar una de sus pasiones: ayudar.
Fueron pasando los meses hasta que este profesor que iba dando clases particulares a familiares y amigos decidió montar, en octubre de 2011, una academia en un local que tenían sus padres, de 25 metros cuadrados. «En enero de 2012 empezamos a digitalizar la academia impartiendo clases online de cálculo de estructuras a alumnos de ingeniería industrial UNED, a lo largo de toda España». Unos años después, en 2015 «empezamos a automatizar nuestro negocio online para poder ir abarcando más volumen de alumnos, que cristalizó en 2018″.
Actualmente y gracias a la digitalización, imparten clases por toda Europa y Sudamérica. «Ahora mismo el principal objetivo es formarnos para conseguir escalar este negocio».
Para Sergio, los cuatro profesores que conforman su equipo son como su familia: «Ale, Jose, Juan y Tomás, la responsable de redes sociales y contenido, Beatriz Castaños y yo».
A la academia Sefra le pilló la pandemia con los deberes «casi» hechos, ya que su grado de digitalización era bastante alto; sin embargo, todavía podían seguir mejorando, y el estado de alarma fue lo que provocó que siguieran innovando. «Me pilló fuera de Alicante ese viernes 13 de marzo. El sábado organizamos a contrarreloj dos semanas de clases gratuitas de matemáticas para ayudar alumnos de bachillerato, a través de una campaña de Facebook Ads, ese mismo lunes teníamos más de 100 personas apuntadas».
Sergio reconoce que, en 2011, las necesidades de un alumno le «obligaron» a dar los primeros pasos en la digitalización del negocio. «Nos solicitó unas clases de la asignatura de estructuras que comentaba arriba, tras intercambiar varios emails me dijo que vivía en Barcelona, dije que no podía ayudarle, pero tras colgar el teléfono me puse a buscar la manera de impartirle clase, no podía perder un alumno en esos momentos, fue el inicio».
Este emprendedor cree que la digitalización es la principal responsable de que hayan llegado a facturar hasta 25.000 euros al mes. «Creemos que esto es muy escalable, pero nos falta algo de estrategia, por lo que hemos empezado una formación muy potente para seguir». Para aquellas pymes que aún no han dado el primer paso, en este sentido, Sergio les dice lo siguiente: ¡Empieza, no tires la toalla… ¡poco a poco, dejarás el esfuerzo de subir para ir cuesta abajo!
Toni Roca, abogado: «Al principio, es bueno compartir mucho contenido gratuito para después, monetizarlo«
Toni Roca es el cofundador de la pyme Sports Law Institute que, actualmente, además de los socios, cuenta con dos empleados en plantilla y tres personas subcontratadas que les ayudan con la edición de vídeos, la comunicación y la parte comercial.
Roca es de esos emprendedores que la pandemia, lejos de intimidarle, le animó a reinventarse y lanzar este proyecto, donde la digitalización estuvo desde el principio entre sus bases. «Primero de todo hicimos dos ciclos de jornadas de webinars durante la pandemia para analizar el impacto del COVID en la industria del fútbol, y luego ya lanzamos nuestro Máster Internacional en Derecho del Fútbol, que es 100% online».
Para animar a las pymes que aún se estén pensando esto de «digitalizarse», el empresario deja que sus cifras hablen por él: «En el primer año de vida hemos conseguido más de 100 alumnos de más de 20 países, y una facturación de más de 210.000 euros«. Roca tiene muy claro que la digitalización no es una opción, sino una obligación para no desaparecer. «El mejor consejo que daría a los pequeños empresarios es que empiecen a compartir mucho contenido de forma gratuita, de lo que sea a lo que se dediquen, y que a partir de ahí piensen cómo monetizar todo ese conocimiento«.
Al tener un modelo de negocio 100% digital, van a seguir por este camino creando nuevos cursos, así como lanzando productos relacionados que complementen la oferta formativa.
«También queremos empezar a trabajar la parte offline y física, para que nuestros alumnos tengan esa experiencia presencial una vez que la situación postpandemia nos lo permita y sea seguro el poder reunir a muchas personas», concluye.