La semana pasada el Gobierno de España presentó el programa ‘España 2050’, una serie de propuestas para el desarrollo del país en las próximas décadas. Durante el acto de presentación, fuentes del ejecutivo indicaron que, en los primeros meses del año, ya se han batido récords en los que respecta a la financiación de startups. Concretamente, los inversores han desembolsado más de 1.800 millones de euros, en un año en el que también se espera una lluvia de millones del fondo de recuperación europeo.
Y es que se espera que, de aquí a unos años, los proyectos tecnológicos españoles no paren de crecer, dando como resultado un panorama empresarial diferente al que existe ahora.
Según Pascal Bourbon, profesor de TBS en Barcelona en emprendimiento, e inversor y socio fundador de Netmentora, “sin duda, la pandemia ha sido un catalizador en muchos modelos de negocio debido a los cambios de hábitos de los consumidores y de las personas en general durante los periodos de confinamiento”.
De esta manera, la financiación de startups en fase semilla o que empiezan a crecer (las llamadas rondas de ‘serie A’) se encuentran “en auge”. Bourbon recuerda que una gran parte del importe de la financiación de este año se debe a una sola ronda de inversión, la serie F de Glovo por un importe de 450 millones de euros a finales de marzo.
Pecados que no puede cometer un emprendedor
Aún con la lluvia de millones y la disposición de los inversores apostar por nuevos modelos de negocio, desde TBS en Barcelona también se hace una llamada a ser conscientes de la complejidad y los compromisos que se adquieren cuando una empresa recibe inversión externa.
Bourbon alerta que, antes que nada, el potencial humano es esencial para tirar adelante una startup: “El peor pecado sería no fichar gente de gran talento para implementar una estrategia de desarrollo y sostener el crecimiento del proyecto”, al tiempo que advierte de los compromisos que se adquieren con aquellas entidades que han ayudado a la capitalización del proyecto: “El otro pecado sería el de no tratar a los inversores que apostaron por la empresa con total transparencia y de manera equitativa”.