El Gobierno está tramitando una nueva Ley de Residuos que obligará a las empresas a gestionar sus desechos, desde que adquieren un producto hasta que lo tiran. Esta regulación centra sus esfuerzos en promover la economía circular, en la línea de lo que establece la Estrategia Española de Economía Circular, en el seno de la Agenda 2030.
La sostenibilidad es un elemento cada vez más presente en la agenda política de los países europeos, pero la limitación del derecho internacional, la lenta regulación nacional y los propios intereses de las empresas han frenado la aprobación de normativas dirigidas a tal fin.
Esta nueva legislación afecta especialmente a los retailers de sectores como el textil o el electrónico que hasta ahora no se habían hecho cargo de los residuos que generaban o que lo hacían a través de métodos poco sostenibles como, por ejemplo, la quema de los excedentes. Organizaciones como Amigos de la Tierra reclaman una ley adaptada a las dimensiones reales del problema advirtiendo que, en 2019, España alcanzó la emisión de casi 15 toneladas de CO2 solo en el tratamiento y la incineración de los residuos municipales. Además, la misma resaltaba que el Gobierno se situaba en un claro incumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible marcados por la Unión Europea.
Lo cierto es que los consumidores son cada vez más exigentes con las prácticas de las organizaciones, sobre todo con aquellas que vulneran los derechos humanos o no respetan al medio ambiente. Según un estudio reciente realizado por SAP y Qualtrics, el 42% de los participantes considera la sostenibilidad una cuestión muy importante.
La nueva Ley de Residuos trata puntos clave entre los que destacan novedades como la ampliación de las obligaciones para los productores o el papel que juega la prevención a través del ecodiseño o la durabilidad de los productos. Otro punto relevante de la nueva ley es que el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino podrá prohibir la expedición de residuos con destino a terceros países no comunitarios cuando se considere dañino para las personas o para el medio ambiente. Este artículo, fomenta la protección de los países más afectado que suelen coincidir con aquellos en vías de desarrollo.
Nuevas formas de consumo
La Responsabilidad Social Corporativa (RSC) empieza a verse reflejada poco a poco en la normativa española. Otro ejemplo es la aprobación de la Ley de Información No Financiera (11/2018) que obligará, a partir de este mismo año, a las empresas que cuenten con más 250 empleados a incluir en su informe de cuentas un estado de información no financiera.
El sector del retail se está adaptando a una nueva generación de consumidores que priorizan la experiencia sobre la propiedad, que son nativos digitales y que tienen una fuerte convicción ecologista. Esta tendencia se ha visto reflejada en las comunicaciones de grandes empresas que han detectado esta necesidad pero que, sin embargo, no han adaptado sus negocios. Esta práctica se conoce como greenwashing y leyes como la de residuos ayudan a frenar esta avalancha de mensajes “verdes” que solo alimentan la cultura del “usar y tirar”.
Soluciones tecnológicas, como NEWE (acelerada por Lanzadera), permiten a las empresas acercarse a la economía circular a través del alquiler. De esta manera, los negocios pueden contar con tecnología propia y gestionar de forma íntegra la logística directa e inversa, el fullfilment, la higienización y el control de calidad de los productos.