Según el estudio The Future of Jobs Report 2020 realizado por el World Economic Forum, la ralentización económica producida por la pandemia ha acelerado la automatización del trabajo y el mercado laboral se ha vuelto cada vez más incierto. En concreto, en España casi el 93% de las empresas acelerará la digitalización de su fuerza laboral y el 64,3% incrementará la automatización del trabajo.
Esta evolución cambiante requiere la adaptación constante de los Recursos Humanos a los nuevos entornos digitalizados. Según el informe, el 50% de los empleos necesitarán actualizarse (reskilling) para 2025 y el 40% de las habilidades básicas de los trabajadores cambiarán en los próximos años.
Complementando este análisis, Deloitte estima que el 83% de los líderes de organizaciones considera que las empresas son y deberían ser más flexibles y dinámicas.
Según The Key Talent, la transformación y la digitalización de los procesos laborales no conducirá, como consideran algunos, a la disminución de empleos. En menos de un lustro, 85 millones de puestos trabajo dejarán de existir a causa de la automatización para dar paso a 97 millones de nuevos empleos, relacionados especialmente con la Inteligencia Artificial y el Big Data.
En España, por ejemplo, los empleos emergentes para 2025 son los siguientes: especialista en datos, especialista en transformación digital y desarrollador de software, especialista en procesos de automatización y especialista en Inteligencia Artificial y Machine Learning.
Ante esta situación y las expectativas de una mayor incertidumbre, uno de los problemas principales a los que se enfrentan los Recursos Humanos es la gestión del talento a medio y largo plazo —la mayoría de ellas se planifican actualmente su fuerza laboral a corto— con el fin de predecir qué profesiones serán críticas para el futuro de un negocio. El mercado laboral, dinámico y disruptivo, reclama anticipación: la diferencia entre la oferta de nuevos puestos muy concretos que surgen y su demanda es enorme, siendo esta última mucho mayor.
Soluciones para gestionar el talento
Existen varias soluciones que nos permiten gestionar el talento a largo plazo: la formación interna de los empleados para que progresivamente vayan ocupando puestos más cualificados dentro de la empresa; y, en segundo lugar, la captación de nuevos profesionales que desarrollen departamentos o estructuras que nunca antes habían existido. La Inteligencia Artificial nos puede ayudar a identificar cuáles son las necesidades formativas que los empleados requieren y quiénes son potencialmente aptos para determinados modelos de formación.
Además, la Inteligencia Artificial buscará a los candidatos idóneos dentro de la empresa para atender a las nuevas necesidades de la misma. Por ejemplo, imaginemos que nuestro negocio se expande y queremos abrir una nueva oficina en Alemania. Además de una persona competente, lo ideal es que sea una persona que conozca el idioma y la cultura de este destino.
La Inteligencia Artificial puede ayudar a los directores de Recursos Humanos a encontrar a la persona más apta a través del cribado y un análisis más agudo y preciso de los candidatos.
Por otro lado, la IA elimina sesgos en la valoración de los salarios de nuestros empleados, creando un ambiente más igualitario y que a su vez aporta más confianza. En este sentido, nos puede medir la relación que hay entre el salario de un trabajador y el valor que está aportando a la empresa. Cada persona es única e irrepetible y su valoración debe ser lo más personalizada posible.
En este sentido, la IA permite calcular la tasa de abandono de los empleados y las motivaciones que empujan a ello. Si bien solo las personas pueden llegar a conocer profundamente las motivaciones de otras, la IA puede orientarnos para determinar cuál es el grado de satisfacción de nuestros empleados, qué preocupaciones les surgen y soluciones se pueden ofrecer, adelantándose a los problemas que puedan surgir por estos motivos.
Aunque el valor humano es el factor más determinante en la gestión de las personas, la IA nos permite organizar la fuerza laboral con más facilidad, mejorando la flexibilidad del trabajo —una tendencia ya consolidada a causa de la pandemia— y la desconexión del trabajo, identificando a aquellos empleados que tienen más dificultades para desconectar de su profesión.
La IA es una realidad ya implementada. Es necesario apoyarse en esta tecnología para agilizar los procesos rutinarios de los departamentos de los Recursos Humanos e incrementar y mejorar el almacenamientos de datos de las compañías. Las personas seguirán gestionando personas, pero la incertidumbre del futuro y los cambios disruptivos de este nuevo paradigma deben complementarse con esta tecnología tan fascinante.