Windows 10 es un sistema operativo que incluye las herramientas necesarias para optimizar un HDD o un SSD de una manera sencilla, rápida y sin tener que entrar en complicadas configuraciones. Sin embargo, muchos usuarios tienen, todavía, dudas importantes sobre el funcionamiento exacto de dicha herramienta. Por ello, nos hemos animado a escribir este artículo, donde responderemos a una pregunta muy importante: ¿es malo optimizar un SSD con la herramienta de Windows 10?
Antes de nada, debemos tener claro por qué existe la creencia de que esto puede ser malo para el SSD. El motivo está en que las unidades SSD tienen una vida útil concreta que viene determinada por los ciclos de escritura que son capaces de tolerar antes de que se produzca un fallo crítico, y se pensaba que el proceso de optimización que realizaba Windows 10 consumía una parte importante de esos ciclos de escritura.
Pues bien, debemos tener claro que no es así. La herramienta de optimización que integra Windows 10 utiliza un proceso totalmente distinto al clásico modelo de desfragmentación, está adaptado a las particularidades que presenta un SSD, y no afecta, por tanto, a su vida útil. Puedes utilizarla sin ningún miedo, aunque debes tener presente que tampoco es necesario que la utilices con mucha frecuencia. Basta con recurrir a ella una vez a la semana.
Si quieres optimizar una unidad de almacenamiento, tanto un SSD como un HDD, solo tienes que seguir estos pasos:
- Pulsa la tecla Windows y escribe «Desfragmentar y Optimizar Unidades».
- Entra en el primer resultado, elige la unidad que quieres optimizar, haz clic en la opción «Optimizar» y listo. El tiempo de ejecución puede variar en función de varios aspectos, como el tipo de unidad, su capacidad de almacenamiento y el espacio utilizado, pero en la mayoría de los casos no dura más de unos segundos.
- Recuerda que puedes fijar programas de optimización de forma automática en periodos personalizados en «Cambiar Configuración».