El año 2020 pasará a la historia como uno de los más atípicos y difíciles de los últimos lustros, un año en el que la pandemia creada por la propagación del virus, comúnmente conocido como Covid19, que además de suponer una tragedia irreparable en vidas humanas, ha provocado una grave crisis económica, llevando a la economía mundial y a la europea en particular, a caer en la mayor recesión económica desde la II Guerra Mundial.
La caída del PIB de la Unión Europea en el segundo trimestre alcanzó el 11,4% y, en el caso español, llegó al 17,9%. Esto impactó en todas las variables macroeconómicas, situando la deuda en el 114,1% y la tasa de desempleo por encima del 16%, disparando las previsiones de déficit público para el cierre del 2020 hasta el 10,4%, lastrando así cualquier posibilidad de recuperación en los próximos años.
Nos encontramos pues ante un desafío económico casi sin precedentes que requiere de una respuesta en esos mismos términos, una respuesta histórica en el ámbito de la Unión Europea, la cual ha aprobado el mayor estímulo económico de su historia, destinado a reconstruir las economías de los Estados miembros y a crear un nuevo modelo económico mas resiliente ante posibles nuevos desafíos futuros. Concretamente, un estímulo de 1,8 billones (con b) de euros entre el nuevo marco financiero plurianual 2021-2017 y el programa “Next Generation”, cuya mera denominación ya indica que no se trata de una política anticíclica más de la Unión Europea, sino más bien de una decidida apuesta por una transformación del tejido productivo, en definitiva, un cambio de modelo.
Se trata, especialmente en el caso de España, que será el Estado que mas fondos reciba, de una oportunidad única que no podemos desaprovechar. La estimación del Gobierno es que a España le corresponden, entre ayudas directas y préstamos, aproximadamente 140.000 millones de euros del programa Next Generation, que más los programas contenidos en el marco financiero plurianual que recoge las políticas habituales de la Unión, estará Enel entorno de los 200.000 millones de euros entre 2021 y 2027. Por poner en valor esta cifra, el Programa Operativo 2014-2020 estaba dotado con 56.000 millones de euros, es decir hablamos de un estímulo cerca de cuatro veces superior.
Cómo se articula
Para tal efecto, el Gobierno español ha trazado un plan basado en cuatro directrices principales, Transformación Digital, Transición ecológica, Igualdad de género y Cohesión social y territorial. Dentro de estas grandes premisas se englobarán las líneas principales que formarán parte de los objetivos concretos para el desarrollo de proyectos privados y públicos para poder optar a los fondos del Plan de Recuperación “España puede”.
Este plan contará con diferentes herramientas de canalización, con la creación de una Comisión para la Recuperación, encargada de dirigir y coordinar el Plan, una Unidad de Seguimiento Especial de la Presidencia de Gobierno, Foros y consejos consultivos y la reactivación de la Conferencia Sectorial de Fondos con las comunidades y ciudades autónomas.
Aún es pronto para conocer más información, en pleno desarrollo del modelo de gobernanza y estamos a la espera de la presentación y aprobación por parte de la Comisión Europea del Plan España Puede, entendiendo que aún es pronto, desde la perspectiva de la pyme potencial beneficiaria, desde una perspectiva de tangilibilización de la ayuda. Al mismo tiempo, puede ya ser tarde para empezar a trabajar desde las empresas en identificar dentro de las líneas de desarrollo y estrategias de los próximos años aquellos proyectos que puedan tener cabida. Estos proyectos ya se pueden identificar, trabajar y elaborar los planes correspondientes para posicionarnos rápidamente en el momento en el que las diversas administraciones comiencen a publicar las ayudas en las diferentes convocatorias.
Se supone que el Plan debe quedar aprobado antes del 30 de junio, y será un ritmo acelerado ya que los estados están obligados a comprometer el 60% del Mecanismo de Recuperación y Resiliencia, antes de finales de 2022 y el 100% antes de 2023.
Se trata de una inyección económica que nos ayudará a recuperar los efectos de pandemia en la economía, y que más allá de los grandes planes de recuperación liderados por la Administración Central, las Comunidades Autónomas y los Ayuntamientos contarán con partidas específicas y dirigidas a la pyme.
El Gobierno ha hecho un importante esfuerzo con la aprobación del RDL 36/2020 por el que se han flexibilizado muchos mecanismos, tanto de la Ley de contratos del Sector Público, como de la Ley de Subvenciones para favorecer la tramitación y permitir una mayor capilarización de los fondos en el tejido económico.
Juanjo Fernández, socio fundador de GWSpain Projects.