La COVID-19 ha cambiado radicalmente la forma de consumir en los bares. Las medidas impuestas en la desescalada, como el reemplazo de las cartas en papel por códigos QR, se han extendido en la “nueva normalidad”.
El momento ‘obliga’ al sector de la hostelería a reinventarse y apostar por nuevas formas de consumo más acordes con los tiempos que vivimos. En este punto, es llamativo que, de forma generalizada, hayan digitalizado sus cartas, una iniciativa que no sólo previene los contagios sino que además abre un abanico de posibilidades para el establecimiento en su relación con el cliente.
PaynoPain, empresa tecnológica española especializada en el desarrollo de herramientas de pagos online, aconseja al sector de la restauración aprovechar todo el potencial que supone la digitalización y avanzar hacia el bar o restaurante 2.0.
“La digitalización de las cartas en estos establecimientos ha sido el primer paso del sector de la restauración en el mundo digital. La situación manda y ha derivado en una mini digitalización exprés de las empresas del ramo, pero ¿por qué no maximizar este esfuerzo y explorar todas las posibilidades que abre la digitalización de las cartas? Hablamos de gestionar toda la relación con el cliente durante su estancia en el establecimiento e, incluso, llevarla más allá y utilizarla como herramienta de fidelización”, afirma Jordi Nebot, CEO y cofundador de PaynoPain.
Cartas digitalizadas
En la actualidad, la práctica totalidad de los hosteleros han digitalizado sus cartas. Lo han hecho utilizando un código QR que, una vez escaneado, lleva al cliente a la web del restaurante donde está la carta. Esta forma es, a todas luces, una solución condicionada por la urgencia de la situación, pero con la certeza de que durante mucho tiempo la forma de consumir en los bares difícilmente volverá a ser como antes. Entonces, ¿por qué no abordar esta digitalización desde otra perspectiva?: Una oportunidad para ‘conectar’ con un nuevo perfil de consumidor, preocupado por el miedo al contagio, pero también tremendamente digitalizado.
Según un estudio de Criteo de este año, el hecho de que el 56% de los españoles afirma haber descargado al menos alguna app de compras (al por menor, comida, etc.) durante el pico de confinamiento y que más el 81% de los usuarios pase la mayor parte de su tiempo en sus apps favoritas, evidencia la hegemonía de la app y, por tanto, la conveniencia de este canal para abordar la digitalización.
Al crear una app propia se puede ofrecer una carta más detallada e incluir otras funcionalidades como ya se hace en otros sectores. A través de la app el cliente puede pedir directamente sin necesidad de que un camarero se desplace a la mesa, reduciendo los momentos de contacto del cliente con el personal y, por tanto, las posibilidades de contagio. Pero no sólo eso, también permite al responsable del negocio funcionar con menos plantilla.
Además, cliente puede pagar directamente desde la app. Esto agiliza la gestión de las mesas del establecimiento y evita el contacto con dinero físico o TPVs, reforzando la idea de establecimiento seguro