Eapyme, en su misión de apoyar a las pymes y autónomos de nuestro país en el proceso de transformación digital, ha presentado una nueva versión de su Informe Eapyme de transformación digital de las pymes y autónomos.
Centrándonos en la visión cuantitativa de la transformación digital de las pymes y autónomos, los resultados que obtiene España en cada una de las dimensiones que componen el DESI (el índice de Economía y Sociedad Digital de la Comisión Europea) tienen un comportamiento dispar.
Destaca en servicios públicos digitales y en conectividad; se sitúa en la media en integración de la tecnología digital, aunque empeora, y en el uso de servicios de internet y destaca negativamente en capital humano, situándose de forma apreciable por debajo de la media de la Unión Europea.
Respecto a la progresión experimentada, España pasa de la 6ª posición a la 4ª en servicios públicos digitales y de la 10ª a la 9ª en conectividad. Mantiene la posición en Uso de servicios de internet (11ª) y en capital humano (17ª). Pierde una posición en integración de tecnología digital, pasando de la 9ª a la 10ª.
El capital humano sigue siendo el factor de mayor desfase con los países de la Unión Europea y el único por debajo de la media europea, fundamentalmente provocado por un déficit de especialistas en TIC, a pesar de tener más titulados universitarios en TIC que la media europea.
Pero también por un desequilibrio elevado en el nivel de competencias digitales de la población, ya el 55% de la población dispone de competencias digitales básicas. Este hecho está relacionado con el alto porcentaje de población adulta que no supera el nivel de
educación secundaria obligatoria en España, sensiblemente superior a la de países comparables, como Alemania, Inglaterra o Francia.
El segundo aspecto donde España muestra resultados modestos es en integración de la tecnología digital. Cuestión importante por ser el apartado directamente relacionado con la digitalización de las empresas y, en consecuencia, también de las pymes. Aunque en este caso con una puntuación por encima de la media, la evolución es insuficiente, puesto que hemos perdido un puesto en el último año.
Nuestras empresas destacan en el intercambio electrónico de información y en la adopción de las redes sociales; pero muestran una modesta evolución en comercio electrónico (descenso de pymes) y en el uso de la nube. Por su parte, el uso de macrodatos mejora
aunque nos mantenemos por debajo de la media de la Unión Europea.
Como también apunta la Comisión de digitalización de Cámara España en su informe ‘España Empresa Digital’, el déficit de digitalización es social y no solo empresarial. El perfil de España es el de una sociedad conectada pero escasamente desarrollada, con discretas habilidades digitales y bajos niveles de aprovechamiento del potencial de la tecnología.
