Los autónomos que tributen bajo el Régimen Especial Simplificado de IVA tendrán en 2019 motivos para preocuparse. Hacienda ha comunicado que a partir del próximo ejercicio, el límite para poder tributar por este régimen bajará de los 250.000 euros máximos de facturación anual a los 150.000 euros.
¿El motivo? Dotar a la AEAT de un nuevo instrumento para luchar contra la evasión fiscal. Y es que el conocido como sistema de módulos se ha convertido desde su origen en una puerta entreabierta para el fraude en el pequeño comercio, la restauración y el sector servicios. Con la actualización de la normativa, miles de empresas que hasta ahora tributaban bajo este sistema, deberán pasar a hacerlo bajo el régimen general.
En el Régimen Especial Simplificado de IVA, el autónomo va adelantando trimestralmente un pago fijo de IVA en función de una cuota anual que se calcula en base a diversas variables, principalmente cuotas de IVA devengadas y soportadas. Hacienda establece sin embargo unos mínimos en función de la actividad, que a final de año se comparan con esos cálculos, para establecer si el autónomo ha pagado de menos o más y reestablecer la situación.
Es decir, el sistema de módulos funciona mediante estimaciones, por lo que el negocio acogido a este método no tributa por sus beneficios o pérdidas reales sino por el rendimiento que se estima que puede tener en función de sus medios de producción.