El frío ha tardado, pero ha venido para quedarse. Mientras aún se ven turistas que aprovechan el sol del Mediterráneo, las calefacciones del resto del país echan humo para combatir las bajas temperaturas. Hemos entrado en la época de mayor consumo de energía del año. Unos meses en que la tarifa eléctrica se dispara por las nubes.
Buen momento para echar un vistazo a una serie de consejos y, por qué no decirlo, trucos de los especialistas para reducir el consumo en las pequeñas y medianas empresas (pymes). Una serie de recomendaciones con las que poder aligerar la factura de gastos en la etapa contable más dura del año.
Muypymes inicia con este artículo un ambicioso proyecto de cara a sus lectores. Este es el primer trabajo de una sección que hemos llamado MuyPráctico, con la que pretendemos ofrecer a nuestros lectores una serie de reportajes de utilidad de cara a las empresas. Contenidos que irán desde los gastos que pueden deducirse las empresas hasta el asesoramiento a la hora de unirse a una asociación de autónomos, pasando por el coste que puede suponer contratar a un trabajador.
Reducir costes de energía
Un reciente estudio de la Fundación GasNatural Fenosa asegura que las pymes españolas cuentan con un potencial ahorro de hasta el 24,14% respecto al total de su consumo de energía eléctrica. Esta institución cuantifica esta posibilidad de eficiencia para el conjunto de España en una cifra superior a los 4.000 millones de euros, equivalente al consumo de energía de Galicia en dos años.
Las pymes españolas podrían obtener una tercera parte de esta eficiencia energética actuando en todo lo que se refiere a iluminación, mientras el resto se podría conseguir a través de aplicar medidas de reducción en otros usos de energía.
La empresa exaccta recomienda contar con el asesoramiento de una compañía experta en auditorías energéticas para conocer al milímetro en qué actividades, procesos e instalaciones existe un potencial de reducción en el consumo de energía. Es difícil poder cuantificar cuál puede ser el ahorro en términos absolutos de la aplicación de medidas de eficiencia energética, porque depende del distinto tamaño que puedan tener las pymes.
En todo caso, la energía le cuesta a las empresas más del doble de caro que a las familias. Se puede hacer una aproximación para una vivienda de unos 70 metros cuadrados útiles, según ese potencial cercano al 25% de ahorro del que hablan los estudios. Suponiendo que la factura eléctrica anual se situara en los 1.200 euros (algo muy optimista), el ahorro al cabo del año alcanzaría la nada despreciable cifra de 300 euros para ese hogar medio.
Poner en marcha una estrategia de ahorro energético requiere tres fases. La primera medida que se debe acometer es una auditoría de energía para detectar en qué zonas, equipos y personal se está utilizando más energía de la que se necesita. Una segunda fase es la asunción de medidas para reducir el gasto, ya sea por modificación de los termostatos o por la sustitución de la iluminación por otra más eficiente o la compra de material que genere energía más económica. Una tercera misión es el seguimiento de los ahorros logrados y si se corresponden con lo diseñado en el proyecto de reducción de costes energéticos.
Stop al consumo inútil
Estas son algunas de las medidas de eficiencia energética que redundarían en un sustancial ahorro de costes para las pymes y mejorarían la calidad de vida de los empleados. A partir de esta guía, cualquier empresario y autónomo podrá brujulear en internet de acuerdo a la percepción que tenga sobre qué áreas (iluminación, calefacción, fuentes de energía renovable…) quiera conseguir un ahorro, antes de ponerse en manos de los expertos para la ejecución del plan.
- Cambiar la iluminación por otra de tecnología más eficiente, como la CFL o la LED. Esta inversión no es tan ambiciosa como parece: puede amortizarse en seis meses.
- Apagar las luces y los equipos cuando no se vayan a usar. La Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) estima en 100 euros el despilfarro que supone en una casa la costumbre de dejar en “stand by” los aparatos eléctricos. Se considera que para una empresa puede representar un 10% de la factura eléctrica.
- Utilizar generadores eléctricos a través de sistemas solares fotovoltáicos. Resulta costoso pero genera ahorros importantes para el futuro.
- Ajustar los termostatos para el consumo de energía eléctrica en los momentos en que se necesite. Hay que hacer un plan de las necesidades de la empresa para no malgastar electricidad cuando no se precise.
- El estudio de la Fundación Gas Natural Fenosa advierte de que sólo una cuarta parte de comercios, hoteles y restaurantes mantienen el aire acondicionado a la temperatura adecuada, que es de 24 o 25 grados. La mayoría la tienen más baja.
- ¿Cuál es la temperatura de confort en invierno? Los especialistas coinciden que la mayor parte de las empresas se ajustan a esos 21 grados recomendados. Algo que llegó a ser ley en España.
- Contar con un buen sistema de gestión de la energía parece algo demasiado sofisticado, pero la microeconomía tiende a estudiar al milímetro cuál es el coste de la energía utilizado en la generación de un bien o servicio. Permite al management la posibilidad de gestionar mejor las necesidades de la empresa con las suministradoras.
- Instalar transformadores eficientes y de baja pérdida tampoco resulta un consejo nada desdeñable, porque el coste que lleva aparejado siempre tiene su periodo de amortización.
- Se pueden instalar también pulsadores temporizados o sistemas de control de presencia en zonas de paso, pero parece que es una tecnología que va a tardar en implantarse, porque sólo el 29% de las empresas cuentan con ella.