La vertiginosa caída de los tipos de interés ha provocado un fuerte desplazamiento del ahorro de clientes que no quieren correr riesgo desde los depósitos aplazo hacia las cuentas corrientes. En lo que va de año, los particulares han retirado 74.552 millones de euros y han incrementado sus cuentas a la vista en 64.390 millones de euros.
La realidad es que los particulares han decidido dejar su dinero en una situación de
libre disposición mientras deciden el destino de su inversión (bolsa, fondos de inversión, renta fija). Y eso es así, porque la remuneración todos los productos bancarios de
depósito es negativa.
La rentabilidad media del dinero a la vista es negativa en el 0,356%, casi igual que la del depósito a tres meses, que es negativa en el 0,33%, mientras que para tener un depósito a un año hay que pagar el 0,16%.
En lo que va de año, el montante de fondos en depósitos se ha reducido el 18,57%, mientras que el de las cuentas corrientes se ha incrementado el 8,54%. El saldo en depósitos se ha reducido desde los 403.528 millones de euros del cierre del año pasado hasta los 328.955 millones con que acabó julio. En cuanto a las cuentas a la vista, han pasado de 753.528 millones de 2016 a 817.918 millones del cierre de julio.
Durante esta década,
el volumen de fondos invertido en depósitos se ha reducido a menos de la mitad, mientras que el de las cuentas corrientes casi se ha duplicado. La progresiva caída de los tipos de interés ha relegado al olvido una fórmula de
inversión que permitió obtener fuertes ganancias de fondos en los años ochenta y noventa.