La industria turística española, la gran locomotora de la economía del país, calienta motores de cara a la que se convertirá en una nueva temporada de récord. Este año está previsto que visiten nuestro país un toal de 84 millones de viajeros, un 10% más que en el ejercicio precedente. Las pequeñas y medianas empresas del sector (pymes) protagonizarán un año más el milagro de la principal fuente de ingresos del país.
Soplan vientos favorables al turismo español. La delicada situación geopolítica en destinos de viaje competidores tradicionales, como Túnez, Egipto o Turquía, vuelven a poner en bandeja de planta una nueva temporada para los anales de la industria de viajes. Nuestros principales visitantes mantienen la percepción de que España es un país seguro, no como los citados, y se disponen a venir en masa a nuestro país.
Los efectos del Brexit no se dejaran sentir en la afluencia de británicos a nuestras costas. Se espera que vengan un 14% más que el pasado año, con lo que superarían los 19 millones de visitantes. Uno de cada cuatro turistas que recala en España es británico. Los alemanes han perdido confianza en Turquía, aunque no en Egipto y Túnez, y siguen considerando España como un refugio. El pasado año vinieron casi 11 millones de ciudadanos germanos. Francia, el tercer país por número de visitantes, se encuentra empatada con Alemania.
Protagonismo pyme
Las pymes constituyen la columna vertebral de la industria turística española. Este tipo de sociedades se encuentran muy atomizadas en cinco subsectores turísticos, alojamientos turísticos (hoteles, casas rurales, apartamentos y albergues), restauración (restaurantes, cafeterías, bares, tabernas y discotecas), intermediación (agencias de viaje, centrales de reservas, empresas de intercambios de vacaciones), transporte (aéreo, terrestre o marítimo) y esparcimiento y cultura (parques temáticos, espectaculos, casinos, puertos deportivos, museos, campos de golf).
Retos de futuro
La inestabilidad en el mediterráneo oriental no durará siempre. Lo que ahora son récords consecutivos encontrarán tarde o temprano su epílogo. Es por ello que las empresas deben afrontar nuevos retos de cara al futuro.
El turismo gastronómico es uno de ellos. Los grandes profesionales y las 17 cocinas diferentes que existen en España atraerán este año a 15 millones de turistas, un 36% más. El turismo de compras es otro de los principales reclamos, con focos en Madrid y Barcelona. Este año se ha solicitado un nuevo calendario de aperturas de los comercios en festivos para impulsar esta actividad.
En cuanto a nacionalidades, el turista chino es el gran objetivo en este momento. Es el 50% del turismo en el mundo. El alto comisionado de la Marca España, Carlos Espinosa de los Monteros, ha advertido que «debemos preguntarles qué es lo que buscan, no pensar que los tenemos ganados».
Éxito consolidado
Hay experiencias turísticas que han consolidado su buena evolución. Es el caso de los japoneses que visitan Barcelona desde hace 30 años, desde que en 1987 se abriera el consulado nipón en el Ciudad Condal. Cada año visitan esta ciudad unos 300.000 japoneses.
Claro que también existen experiencias que no resultan tan positivas. Ahí está el caso del turismo de gamberrada y borrachera, como el que año tras año azota la ciudad de Magaluf, en la isla de Mallorca.
La industria española del turismo se encuentra, afortunadamente, inmersa en una dinámica de constante mejora, con una calidad en constante ascenso. Esta excelencia, combinada con una oferta de sol y cultura únicas en toda Europa atraen cada año a un mayor número de visitantes y contribuyen a pulverizar récords.