Tras triunfar en la carretera, Blablacar pone en su punto de mira las ciudades. Para ello la startup francesa acaba de lanzar Blablalines, una nueva marca con la que quiere facilitar a sus usuarios el desplazarse dentro de su propia ciudad, compartiendo trayectos que por ejemplo pueden tener como destino el centro de trabajo.
La iniciativa está disponible en un primer momento en las ciudades francesas de Reims y Châlons-en-Champagne y de Toulouse y Montauban, en el noreste y el sur del país, respectivamente, y está previsto que se extienda después en el resto de Francia. Si el programa funciona como debería, es más que probable que se traslade más allá de las fronteras del país galo.
Para el funcionamiento de Blablalines, la plataforma trabaja con «línea abiertas»(recorridos), a lo largo de los cuales los pasajeros pueden encontrar a conductores «en todo momento, en los dos sentidos», y pagar por los kilómetros recorridos, «ni más, ni menos».
BlaBlaCar avanza que para facilitar la gestión del nuevo servicio, facilitará a los pasajeros los puntos de encuentro y las horas de llegada, preguntará a los posibles conductores por su recorrido habitual, e invitará a las empresas de la zona a que inviten a sus empleados a utilizar la nueva aplicación.
La empresa, usada hasta ahora principalmente para trayectos ocasionales, nació en Francia en 2006 y, según su página web, cuenta ya con más de 40 millones de usuarios en 22 países, de los que tiene registrados 3,5 millones en España.