La empresa quiere reforzar su posicionamiento y conseguir una imagen de marca que se asocie a la leche de toda la vida, por así decirlo, ese alimento que se consideraba imprescindible e indispensable para la alimentación de niños y mayores. Según el presidente de Calidad Pascual, Tomás Pascual Gómez-Cuétara, este producto se ha “vuelvo una ‘commodity’, por lo que queremos devolverle todo su valor”.
El directivo apunta que se ha producido una canalización de los lácteos. ¿A qué se debe tal situación? En su opinión, la clave estuvo en la tendencia “a comprar productos de origen vegetal en detrimento de los de origen animal. Esa circunstancia obligó a competir por precio, lo que hizo que la leche perdiera todo su valor”.
La compañía se encuentra en un momento clave, con interesantes proyectos tanto en lo que a productos se refiere como relacionado con los mercados en los que se van a mover. Están apostando por el yogur de larga duración y por la internacionalización. Desde 2015 están saliendo con una estrategia importante a vender a otros mercados y eligieron ese artículo como abanderado de esta salida a la conquista de otros consumidores. “Este no requiere una distribución organizada ni fría y puede llegar muy lejos”, ha explicado Tomás Pascual durante su intervención en el evento ‘La empresa familiar en el siglo XXI: retos y oportunidades’, organizado por Esade y Deloitte.
Durante ese encuentro dio varias claves en relación a cómo conseguir la supervivencia de una empresa familiar de tales dimensiones y tanta historia a sus espaldas. “Lo fundamental ha sido mantener la familia unida y vinculada al proyecto, así como tener una empresa sostenible económicamente”, ha comentado. La tercera generación está a la vista, tras la etapa con sus padres al frente, la suya y de sus coetáneos y la que viene. “De las dos primeras ya no queda nada y eso también da perspectiva”, apuntó.