Las pequeñas y medianas empresas españolas tienen una asignatura pendiente. No quieren saber nada sobre la cobertura del riesgo de tipos de interés, lo que puede suponer un problema en el momento en que se produzca el cambio de tendencia en la evolución del precio del dinero. No es el único suspenso que anotan estas sociedades en cuanto a su financiación. El Banco de España acaba de hacer público que una de cada cinco empresas no genera dinero para abonar los intereses de la deuda.
Altos ejecutivos de la banca española aseguran que una de las principales debilidades de las pymes españolas reside en la falta de conciencia que supondría una posible subida de los tipos de interés de cara al pago de su endeudamiento. Los préstamos a las pymes superan los 300.000 millones de euros, lo que significa que cada subida de un punto en los tipos de interés supondría un encarecimiento de la financiación a estas compañías de nada menos que 3.000 millones de euros a la hora de refinanciar sus créditos.
Aunque en Europa los tipos parece que se van a mantener en los niveles actuales durante este año o más allá, lo cierto es que en Estados Unidos ya han comenzado asubir. Se han elevado dos veces desde sus mínimos históricos y en este ejercicio se prevé que vayan a producirse varias alzas. Además, en octubre del año pasado, en una de las reuniones del Consejo de Gobierno del propio Banco Central Europeo (BCE) volvió a hablarse de una futura subida de tipos por primera vez en muchos meses
“La reticencia de las empresas a cubrir sus riesgos de tipos de interés viene de hace diez años, cuando el Banco de España obligó a las empresas a contratar swaps de tipos de interés para sus préstamos hipotecarios, con lo que el interés variable pasaba a ser fijo. Esto encareció mucho la financiación de estas compañías, por lo que ahora que los tipos están en niveles mínimos las empresas han dejado de cubrir estos riesgos”, asegura Alexis Ortega, socio director de Finagentes Gestión.
El motivo
Según los expertos, la gran mayoría de las pymes no están cubriendo la amenaza de encarecimieno de su deuda en el momento en que el dinero deje de ser tan barato. Este comportamiento tiene su origen en el año 2006, cuando los tipos de interés en la zona euro registraron un fuerte avance de un punto, con lo que el coste de los préstamos subió del 2,3% al 3,3%.
Los intereses se situaron al alza durante dos años, hasta el 4,25% nivel indefendible tras el derrumbe del banco de negocios estadounidense Lehman Brothers. A partir de ahí comenzó una racha bajista que los ha llevado por debajo del 0% con el objetivo de reactivar las economías europeas.
El elevado riesgo de tipos de interés de aquella etapa hizo que el Banco de España obligara en 2006 a las empresas a suscribir un contrato de de swap en todos los préstamos solicitados a las entidades. Un swap permite a una empresa convertir el tipo variable de una deuda en un interés fijo; el swap tiene un coste, pero elimina la posibilidad de que si los tipos suben, el préstamo se encarezca en la revisión anual de tipos.
La obligación impuesta por el Banco de España de contratar un swap con cada crédito encareció el coste de la financiación para las empresas que tomaron aquellos créditos. Han estado pagando un coste final del dinero situado entre el 4% y el 5% incluso ahora, cuando los tipos se encuentran en zona negativa.
Consecuencia
Las empresas solventaron el fuerte encarecimiento de la financiación que suponía la obligación impuesta por el regulador acudiendo otro tipo de instrumentos de cobertura del riesgo como garantía de los préstamos y ampliando los plazos de amortización. En cualquier caso, los tipos han seguido en niveles más elevados mediante estas fórmulas que los que existían en el mercado tras las bajadas de los últimos años.
Eso han hecho las empresas que se vieron obligadas a contratar el swap hace diez años. Ahora, la mayoría de las pymes simplemente no están cubriendo el riesgo de tipos porque consideran que con los intereses a la baja, no ven peligro para el futuro.
Las empresas están financiando a través de préstamos hipotecarios una buena parte de su actividad: las inversiones que realizan y también su capital circulante. El único consejo que se puede dar en estos momentos es el de proceder a la cubrirse ante una futura subida de intereses justo en el momento en que se consideren que el dinero se va a encarecer.
Riesgo bestial
“Pero muchos clientes no tienen esto en cuenta y prefieren no cubrir este riesgo, con lo que contraen otro aún mayor, porque en el momento en que se produzca una subida de los tipos de interés, el coste de las coberturas de este riesgo se va a disparar de una forma bestial”, aseguran fuentes de banca de pequeñas empresas de un banco extranjero.