Hasta ahora sólo lo sospechábamos: estar al frente de una gran compañía y tener un gran sueldo, no nos convierte automáticamente en la mejor opción para dirigir esa empresa. Ahora un estudio elaborado por MSCI confirma esa sensación, concluyendo de forma casi categórica que los CEOs mejor pagados tienden en general a dirigir peor sus compañías, que aquellos que disponen de una retribución más modesta.
Los autores del del estudio han investigado el comportamiento en Bolsa de 429 grandes compañías americanas a lo largo de los últimos diez años. Ya la pregunta «Has CEO pay reflected long-term stock performance? (¿Hay una equivalencia entre la paga de los CEO y el comportamiento a largo plazo de la compañía en Bolsa?» no podía tener una respuesta más sencilla: «No».
El informe refleja en este sentido que las ganancias del accionista medio a lo largo de la última década han sido hasta un 39% superiores cuando el salario del CEO de la compañía se encontraba en el 20% más bajo de la escala, comparado con las de los CEOs cuyo salario se encontraba en el 20% superior.
De hecho si se tienen en cuenta únicamente los datos estadísticos, el documento refleja que los CEOs que ganaron más dinero tuvieron un rendimiento muy por debajo de lo esperado, bastante inferior en todo caso, que el de aquellas compañías cuyo CEO ganó significativamente menos dinero.
El informe refleja finalmente que valores como la visión de negocio, capacidad estratégica, liderazgo, etc. no son siempre las que más pesan a la hora de aupar a un directivo a la cima de una compañía y que en demasiadas ocasiones, factores como política, contactos personales y capacidad de influir son las características que finalmente se tienen más en cuenta. España es un buen ejemplo.