Apple parece que ha conseguido hacerlo otra vez. El pasado nueve de marzo, cuando todos esperábamos que los Apple Watch protagonizasen la Keynote «Spring Forward», Apple sorprendía a casi todos presentado a la vez el nuevo MacBook 12, un ultraportátil llamado a sustituir a medio plazo a los MacBook Air y que destaca por un diseño ultrafino y por ser uno de los primeros equipos (si no el primero) que incorpora el nuevo estándar de conexión USB Type C.
Y sí, estamos seguros que a muchos profesionales, esos que pasan el día «en la carretera» se les habrán puesto los ojos como platos al ver las especificaciones técnicas del nuevo equipo: pantalla retina de alta resolución, touchpad sensible a la presión, 10 horas de autonomía, inclusión del procesador Intel Core M que elimina la necesidad de ventilación y hasta 512 GB de memoria SSD en un portátil que pesa 900 gramos y tiene 13 mm de grosor.
Ahora bien, una vez que ha pasado la sorpresa inicial, llega el momento de considerar si realmente es el mejor equipo para nosotros, reconociendo como lo hacemos, que el nuevo equipo de Apple es desde luego un gran ejercicio de ingeniería que marca las líneas que han de guiar el futuro diseño de equipos Mac.
¿El más delgado? ¿El más ligero?
Apple ha hecho un gran esfuerzo para presentar su nuevo MacBook 12 como uno de los equipos más delgados del mundo. Tanto que sus 13,1 mm lo convierten en un equipo más fino incluso que el iPad original. Eso sí, no es el equipo más delgado del mundo, como algunos fabricantes de PC se han apresurado a asegurar a las pocas horas de la presentación.
En este campo destacan por ejemplo el Lenovo Yoga 3 Pro, que ofrece un grosor de 12,8 mm o el Asus ZenBook UX305 que lleva el equipo hasta los 12,3 mm de grosor. Ambos equipos son en cambio ligeramente más pesados que el nuevo Mac, aunque a su favor juega el hecho de que cuentan con más puertos USB (además de otros como HDMI) y el hecho de que son equipos convertibles que permiten utilizarlos como tablets.
A este respecto Apple sigue sin decidirse a lanzar un dos en uno. En un momento en el que las ventas de iPads no están atravesando su mejor momento, la presentación de un «iPad Pro» o la integración de iOS junto a OS X en equipos como este MacBook, dotándolo de pantalla táctil, podría ser una idea a considerar.
La apuesta por USB Type C
Uno de los movimientos más valientes que Apple ha dado al presentar el nuevo equipo ha sido el de incorporar un único puerto, de tipo USB Type C. ¿Qué tiene este puerto de especial? Desde hace unos años Apple viene luchando por convertir su Thunderbolt en un estándar dentro de la industria, como alternativa ganadora a USB 3. Y tenía argumentos a su favor: las tasas de transferencia de archivos son más elevadas y frente al USB 3 «normal» permite una comunicación bidireccional.
Sin embargo Thunderbolt no convenció a la industria y los pocos periféricos que se lanzaron pecaron de ser excesivamente caros, además del precio de los propios cables de conexión, que Apple vende en su tienda on-line por el módico precio de 40 euros.
Así las cosas Apple también decidió participar en el desarrollo de USB Type C, un conector compatible con USB 3.1 que además ofrece soporte para casi cualquier otro elemento que queramos conectar en nuestro ordenador: Displayport, HDMI, VGA, carga de energía, etc. contando además con la ventaja de ser el primer puerto USB reversible, con lo que se acabó el tener que probar varias veces nuestros periféricos hasta conectarlos correctamente a nuestro ordenador.
El hecho de que USB Type C sea además bidireccional implica además que teóricamente podríamos conectar con un único cable varios dispositivos en una suerte de «cadena» que finalmente acabaría en el único puerto que ofrece este equipo. Pero como le ha ocurrido otras veces a Apple el problema es que todavía habrá que esperar uno tiempo a que el nuevo estándar cale en la industria por lo que de momento, si queremos usar más de un puerto tendremos que adquirir por separado un adaptador que nos costará casi 80 euros, si bien Apple admite que permitirá el desarrollo de conectores de terceros.
Más ligero pero menos potente que un MacBook Air
Los usuarios de Apple que necesiten un equipo potente y para los que la portabilidad no sea una necesidad esencial, apostarán naturalmente por los MacBook Pro, equipos que además han ido perdiendo peso y grosor en las últimas generaciones.
La portabilidad la ha posicionado con gran éxito la propia Apple en sus MacBooks Air, equipos muy ligeros muy delgados y que además cuentan con la ventaja de incorporar los últimos procesadores Intel Core i5/i7 que permiten a los usuarios llevar a cabo tareas relativamente exigentes.
El nuevo MacBook incorpora en cambio un Intel Core M de doble núcleo a 1,1 GHz (ampliables a 2,4 GHz con Turbo Boost) que cuenta como gran ventaja el hecho de convertir a nuestro equipo en un dispositivo completamente silencioso al no necesitar ventilación activa y alargar la vida de la batería como nunca se ha visto antes en un ultraportátil. A cambio eso sí, obtendremos un equipo menos potente que un MacBook Air, en el que no podremos plantearnos gestionar grandes colecciones de fotografías o mucho menos, trabajar con vídeo.
Pero si todo lo que necesitamos es conectarnos a Internet y nos limitamos a un uso profesional en el campo ofimático, tal vez no vamos a echar de menos esa potencia adicional porque sencillamente, no la vamos a necesitar.
¿Un equipo para quién?
Cuando en 2008 Steve Jobs presentó el primer MacBook Air, las reacciones fueron similares a las que hoy obtenemos de esta nueva generación de MacBook.
Como en esta ocasión, el primer MacBook Air era una obra maestra de la ingeniería, a un precio desorbitado (más de 2.000 euros) en busca de un público. Aquella primera generación de equipos no estuvo exenta de problemas técnicos (como también ocurrió en la primera generación de MacBook Pro con pantalla Retina) pero sentó las bases para lo que más tarde sería uno de los productos más exitosos en la historia de Apple: la nueva generación MacBook Air.
En este caso nos encontramos con un equipo cuyo precio comienza en 1.450 euros y que llega hasta los 1.800 euros si optamos por el modelo de 512 GB de almacenamiento SSD. Si tenemos en cuenta que el nuevo MacBook Air de 256 GB con un procesador Intel Core i5 de 1,7 GHz equipado con todo tipo de puertos USB por 1.300 euros se hace complicado hoy en día recomendar la compra del MacBook. Aunque tal vez en una segunda generación puedan cambiar las cosas.