TISOC Coaching, escuela europea líder en coaching en español, ha hecho público un análisis sobre el valor de dedicar al descanso parte de nuestra jornada laboral. Según los expertos de TISOC, la optimización de los tiempos de trabajo pasa por alternar lapsos de trabajo intenso con otros de menor ritmo o incluso de ocio dentro del propio entorno de trabajo.
Alfredo Diez, Director Ejecutivo de TISOC Corporate opina que: “con jornadas de trabajo que absorben casi toda nuestra vigilia y la sensación de estar sometidos a una permanente presión, no podemos pretender estar siempre al 100% en el trabajo. Es más realista aceptar que necesitamos ese pequeño hueco de ocio y que lo gestionemos adecuadamente”. Y añade: “el café con los colegas, o la siesta son valores en alza en las empresas punteras en la gestión de los Recursos Humanos. En pequeñas dosis, hacer el vago en el trabajo puede ser más que positivo”.
Alfredo Diez apunta a una serie de prácticas que tradicionalmente han sido denostadas como una pérdida de tiempo, pero que, paradójicamente, pueden tener un interesante retorno en términos de productividad. Entre ellas:
1. Ni mails ni llamadas antes de las 10. Apagar el correo electrónico y móvil durante una hora cada mañana nos va a permitir tomar decisiones y priorizar con la cabeza fría, pensar de forma más creativa y tomar las riendas de la jornada que tenemos por delante. Abrir la bandeja de entrada cuando no tienes tiempo ni de leer ni de contestar a los correos solo te llevará a disipar fuerzas y a trabajar el doble.
2. El café con los compañeros de trabajo. El rato del café es un excelente termómetro del clima laboral de nuestro equipo. Nos va a servir, no solo para evaluar, sino también para dirimir desencuentros sin que la sangre llegue al río. Los conflictos pueden pasar desapercibidos en la oficina, pero en el ambiente distendido del café de la mañana probablemente fluirán y se solucionarán de una forma menos procedimentada y más natural que en la oficina.
3. Meditando a ratos. La meditación favorece no sólo el bienestar y la creatividad, sino también el propio rendimiento. Solo cinco minutos de meditación al día pueden obrar milagros. La llamada meditación en la respiración es una técnica fácil y altamente provechosa que consiste en respirar conscientemente, dejando salir y entrar el aire reguladamente.
4. No sin mi siesta. El power-nap (de 5 a 20 minutos) incrementa la atención y la capacidad motora. La cabezadita clásica (de 20 a 30 minutos) alcanza por regla general la fase del sueño profundo (ondas delta), lo que favorece la recuperación mental y el rendimiento. Ya empieza a haber empresas de primera línea que, demostrando no poca perspicacia, acondicionan espacios de descanso especiales para sus empleados.
5. Charla con los amigos. Encontrar personas con ideas afines en nuestro entorno laboral es mucho más importante de lo que pensamos. Un simple chiste puede servir para relativizar un sonoro fracaso y compartir los éxitos hace que sepan mejor. Solo un par de minutos de charla con tus colegas más queridos pueden valer para cambiar radicalmente tu estado de ánimo y seguir mostrando tu mejor cara.
6. El poder de decir NO. Esta es tu principal arma en la lucha por disponer de más tiempo creativo y de más oportunidades para atender a tus prioridades. De acuerdo a Gloria Mark, de la Universidad de California, nuestros caóticos ambientes de trabajo sólo nos permiten concentrarnos once minutos seguidos antes de ser interrumpidos por el teléfono fijo, los móviles, los emails entrantes o por los colegas. Mejor que no añadas más distracciones a la lista. “No” a todas las ofertas que nos lleguen desde fuera, que no nos interesen y que pretendan apoderarse de nuestra (ya escasa) atención.
7. De paseo por la oficina. “Mis pensamientos se duermen cuando estoy sentado”, decía Michael de Montaigne. Cuando estás bloqueado y las ideas no fluyen, levantarse y pasear por la oficina presta ayuda inmediata y muy eficaz a tu cerebro. La comunidad científica da como hecho probado que el hemisferio derecho (responsable de la creatividad e innovación) se activa cuando el cuerpo se mueve. De hecho en la técnica de venta telefónica se suele recomendar al comercial que se levante y pasee por la oficina durante las llamadas para estimular su agilidad mental.