Todo comenzó en la década de los 90 con Google y Yahoo que, por si no lo sabíais, el primer nombre proviene de un error de ortografía en la palabra googol (un número enorme, el número 10 elevado a 100). Luego vinieron Twitter, Flickr, Tumblr, Yelp y Bing. Y ahora estamos encontrándonos con Spotify, Airbnb, Giphy y muchos otros con nombres extravagantes que no tienen nada que ver con el producto o servicio que venden.
Un análisis rápido de TechCrunch o Mashable (que también tienen nombres extraños) nos llevará a descubrir a su vez a nombres como Rovio (que se sincroniza a través de diversos dispositivos de juegos), Uber (un coche compartido de alta calidad y servicio de conductor) y Umano (que lee en voz alta los artículos mientras los usuarios conducen o hacer ejercicio).
Entonces, ¿cuál es el problema?
Según el Wall Street Journal, el “problema” es Internet. Concretamente, la falta de dominios .com disponibles en la red. La razón, dicen, es que prácticamente todos los nuevos negocios, ya sea un fabricante de helado o un minorista de muebles necesita su propio sitio web. Con cerca de 252 millones de nombres de dominios registrados actualmente a través de Internet, ya se han tomado las direcciones cortas y reconocidas.
La única solución práctica, dicen los emprendedores, es invertir en palabras, como Mibblio, Kaggle, Shodogg y Zaarly, con el fin de evitar pagar hasta 2 millones de dólares por dominios concisos y con sentido. Los derechos de “investing.com” se vendieron el año pasado por valor de 2,5 millones de dólares.
Si eres dueño o estás empezando un negocio, sabrás que el proceso de compra de un dominio es duro (los cofundadores del site Mibblio, una startup de libros musicales, contaron al diario que su proceso fue tan duro como el de “un periodo de gestación”, pero más doloroso). No es raro dar con el nombre perfecto para tu producto y después darte cuenta que el dominio o la url están comprados, y que su valor de adquisición es de 10.000 dólares.
Por lo tanto, empresas como Flickr y Tumblr se quitaron una vocal, y empresas como Groupon, Facebook y WordPress conjugaron palabras para crear una nueva. Otras recurren a idiomas extranjeros.
Sorprende que esta tendencia no haya llegado aún a las pymes. ¿Por qué hay nuevos restaurantes con páginas web cómo “annies-kitchenpdx.com” en vez de optar por nombres más curiosos que les permitan tener una página web más accesible? ¿Veremos restaurantes con nombres raros en un futuro?, o ¿será esto sólo un fenómeno de las startups tecnológicas?