Has pasado un año fabricando un producto innovador, te preguntas: ¿Y ahora qué? La respuesta es sencilla, ahora necesitas clientes, ingresos y crecimiento. Aquí está la secuencia que la mayoría de los empresarios siguen:
- Paso 1. Construyen un blog
- Paso 2. Abren una cuenta en Facebook
- Paso 3. Comienza su actividad en la red social
Lo cierto, es que muchos se desesperan al ver que tras hacer esto siguen sin conseguir clientes. Algo falla, ¿pero qué?. En ese momento seguro que te viene a la cabeza los cientos de miles de millones que las grandes se gastan para publicitar sus productos. ¿Será eso?, definitivamente no. Los expertos siguen coincidiendo en que el boca a boca sigue generando más cantidad de clientes que la publicidad de pago, sobre todo en categorías como el cuidado de la piel o la telefonía.
Una vez tengamos este punto claro, ahora la siguiente pregunta es: ¿Qué se necesita para que alguien comience a hablar bien de algo? El profesor de marketing Jonás Berger nos da la clave: «Cualquier producto puede ser notable. Cualquier producto puede ser emocional «. La respuesta está en construir una conexión emocional, puramente psicológica, entre tus productos y el cliente.
Como cualquier buen plan de marketing, se sigue un marco estándar. «No hace falta ser un genio de la comercialización, lo que se necesita es comprender la psicología que hay detrás de la transmisión social, lo que nos hace hablar y lo social». El truco está en dejar de pensar en la creación de marca como una corriente de conciencia, esfuerzo creativo.
Piensa como un sistema con los siguientes pasos:
1. Toma el control: la controversia consigue gente hablando
¿Quieres ser una poderosa influencia? Entonces consíguelo. Para ser una autoridad, tu marca debe proyectar confianza y carisma. No importa lo que hagas, este componente de misión crítica será tu factor de formar. No tenga miedo de polarizar a la gente. Si tienes miedo de enfadar a los clientes, estarás perdiendo.
2. Valor. Cuida a tus clientes
Es muy sencillo. Aprende lo que a tus clientes les importa. Lo que les quita el sueño, lo que les motiva para ir a trabajar por la mañana, y lo que les detiene. Es tu trabajo para darles lo que necesitan.
3. Deja de ser adecuadamente educados y se auténtico
Probablemente odiarás la frase «se uno mismo». Lo cierto, es que necesitas oírlo. Es natural sentirse cohibido esconderse detrás de una máscara de «profesional». Es natural querer la aprobación de los demás, pero si estás constantemente tratando de complacer a los demás no vas a destacar.
Un ejemplo es James Altucher, un experto financiero y empresario que construyó algunos de sus más grandes empresas a través de blogs. ¿Por qué es tan popular? Bueno, él escribe sobre los temas que nos hacen humanos, no es rico. Él nos ayuda a entender a nuestros jefes y por qué deben pensárselo dos veces antes de juzgar a una persona genuinamente buena.
5. Se implacablemente emocional
El valor funcional de un producto trata de sus cualidades prácticas y superficiales. El valor emocional trata sobre lo que significa para el comprador. El diseño sensorial trata de experiencias. Uno puede diseñar para la función y la visibilidad o para la experiencia real.