El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha vuelto a defender en el Senado la reforma laboral, una reforma muy criticada que vuelve a poner en entredicho los derechos de los trabajadores. A pesar de ello, Rajoy aseguraba que esta reforma es necesaria para impulsar el crecimiento económico y la creación de empleo. «Lo razonable es tomar medidas para que no haya despidos y para que haya contratos», aseguraba el presidente.
Asimismo, Mariano Rajoy ha afirmado que «antes la única opción que había frente a las dificultades era el despido, y por eso aumentó el paro. Ahora, al establecer una norma con flexibilidad de salarios, de tiempo de trabajo, de movilidad y de descuelgue, hay alternativas al despido, y de eso es de lo que se trataba».
El presidente también aseguraba: «Vivimos un momento difícil y nos ha tocado hacer muchas cosas a la vez. Sólo nos debemos al interés general de los ciudadanos. Hemos sido equitativos y justos y aunque hemos podido molestar a alguien, lo que se debería reprochar al Gobierno de España es que no tomara decisiones».
Estas decisiones son las que están llevando a los sindicatos a movilizar a las masas y a, posiblemente, convocar una huelga general tras las elecciones de Andalucía el próximo 25 de marzo. Porque, aunque para el secretario general de CC.OO Ignacio Fernández Toxo, la reforma pueda contener algunos elementos positivos, como el derecho de los trabajadores a recibir formación pagada por las empresas, no hay que olvidar que en su conjunto es muy negativa, y provocará una altísima conflictividad y judicialización de las relaciones laborales.