Todos tenemos la secreta esperanza de que nuestros datos, nuestros documentos íntimos, en definitiva nuestra información confidencial, llegado el caso sea destruida convenientemente para que no caiga en malas manos. Sin embargo, tal y como ha revelado la ONG Naid, al menos el 72% de la información confidencial manejada por las empresas suele acabar en simples contenedores de basura, sin que se hayan tomado las medidas pertinentes que garanticen una destrucción de datos eficaz.
La investigación, realizada durante los meses de junio y julio de 2011 con el objetivo de conocer si las empresas españolas cumplen con la Ley de Protección de Datos en cuanto a la manipulación de datos confidenciales, se ha llevado a cabo en cincuenta organizaciones del sector financiero, sanitario, administración central y local y otros.
Durante la misma, se localizó, sin tratar adecuadamente, información confidencial relativa a clientes y usuarios como: historias clínicas de menores; resultados de analíticas con datos que identifican al paciente; historias clínicas de pacientes sometidos a tratamiento psicológico; listados de morosos con nombres y apellidos, direcciones, teléfonos, números de cuenta corriente y deuda pendientes; inversiones millonarias con información detallada de la cuenta, el nombre y el domicilio del inversor; datos completos con identificación y número de cuenta de los ingresos mensuales de empresa del sector turístico; y curriculum vitae con todo tipo de detalles.
Las cifras que se desprenden de la investigación realizada por NAID en España ponen de manifiesto que las empresas e instituciones se deshacen de documentación confidencial sin tratarla de manera adecuada y según la legislación vigente, exponiendo así públicamente información que debe tratar como estrictamente confidencial.
Concretamente, el 75 por ciento de los bancos investigados se deshacen de información personal/confidencial sin ser adecuadamente tratada; el 50 por ciento de los centros médicos investigados se deshacen de información confidencial sin ser tratada previamente; y el 100 por cien de los edificios y oficinas gubernamentales investigadas tira documentación personal y confidencial sin destruir; y, en general, l 78 por ciento de los trabajadores con acceso a esta documentación son conscientes de que se trata de información sensible ya que la rompen manualmente.
A la vista de los resultados, el estudio recalca que falta concienciación en las empresas sobre la normativa legal en vigor en España para tratar y destruir la información confidencial y que las empresas deben hacer un esfuerzo de sensibilización a la hora de manipular y desprenderse de material confidencial sobre sus clientes o usuarios.