La resentida confianza de los ejecutivos, más cautos a la hora de aprobar las operaciones de adquisiciones empresariales, ha provocado una fuerte caída de las adquisiciones de negocios en nuestro país. Así, según datos de la consultora Dealogic, de enero a agosto de 2011 han descendido este tipo de operaciones un 17% en comparación con el mismo periodo del año anterior. Concretamente, el valor de las compras de compañías en España ha estado en 36.672 millones de euros.
Esta realidad que demuestran las cifras se contradice con las previsiones lanzadas a comienzos de ejercicio por los banqueros e inversionistas, que esperaban un renacimiento de las fusiones y adquisiciones tras los rescates de Grecia, Irlanda y Portugal. Sin embargo, la sombra de la duda que está sobre nuestro país e Italia han conllevado esta paralización de tales operaciones económicas.
Esta situación está afectando doblemente a la economía de la zona euro. Por un lado, es obvia la desconfianza que se ha generado entre inversores y ejecutivos y que afecta a la decisión de realizar estas complejas transacciones. Por otro, esa desconfianza afecta gravemente a la financiación con deuda externa, pues los bancos han cerrado aún más si cabe el grifo del crédito.
Las previsiones a corto plazo apuntan a un posible repunte de la actividad corporativa en los últimos meses del año. Según analistas financieros, esto va a depender de una posible resolución de la crisis de deuda y de una recuperación de la economía. En todo caso, la comparación será favorable respecto al último trimestre de 2010, cuando apenas hubo operaciones por la tensión que originó el rescate irlandés.