Corren aguas turbias en el sector del motor y de forma más o menos soterrada se ha declarado una guerra entre los fabricantes de vehículos y los concesionarios de automóviles, con cruces de declaraciones y acusaciones que han empezado a preocupar a los usuarios.
Para la Federación de Asociaciones de Concesionarios de Automoción (Faconauto), la nueva norma «viene a resolver una situación jurídica de indefensión» de los concesionarios respecto a los fabricantes.
Faconauto recuerda que, hasta el momento, las marcas podían modificar unilateralmente los contratos y resolverlos sin compensación alguna por la clientela, por las inversiones no amortizadas o por los despidos de los trabajadores. Además, los concesionarios debían quedarse con vehículos y recambios adquiridos.
La organización recuerda que el nuevo marco jurídico supone un régimen transitorio hasta que las Cortes aprueben una ley reguladora de los contratos de distribución, en la que trabaja actualmente el Ministerio de Industria, Turismo y Comercio.
Asimismo, señala que la nueva norma coincide con el proceso de reorganización de las redes comerciales por parte de los fabricantes, a los que acusa de enviar cartas de preaviso de terminación de los contratos, para sustituir los actuales por otros más favorables a sus intereses.
Los fabricantes «revisarán» la inversiones comprometidas en las plantas españolas
Por su parte, el presidente de la Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones (Anfac), Francisco Javier García Sanz, ha advertido de que la nueva norma que regula las relaciones entre marcas y concesionarios pone en riesgo inversiones ya asignadas a las factorías españolas y posibles futuras inversiones, así como los puestos de trabajo de miles de familias.
García Sanz indicó que ante la actuación de PP y CiU, que apoyaron en el Congreso la nueva norma, la patronal de los fabricantes ha solicitado una reunión urgente con el presidente del PP, Mariano Rajoy, y con el presidente de la Generalitat de Cataluña, Artur Mas.
«Esta nueva situación nos obliga a reconsiderar algunas acciones ya aprobadas en el sentido de la inversión. Y entre ellas, hasta la participación en el Salón del Automóvil de Barcelona anunciada hace pocas semanas», indicó el presidente de Anfac.