Lo has meditado mucho y, a pesar de la situación que vivimos actualmente, con una fuerte incertidumbre laboral, has decidido que es hora de dejar tu actual trabajo. Ante todo, no te dejes llevar por los impulsos. Medita tu decisión y piensa a qué te quieres dedicar.
Si las razones son personales y no profesionales, piénsalo dos veces. Después, contesta a la siguiente cuestión: ¿qué quieres hacer una vez que abandones tu actual puesto? Hay muchas alternativas: buscar otro empleo, emprender, formarse…Si lo que quieres es buscar otra ocupación, ten en cuenta que en un 85% de las ocasiones quien encuentra trabajo es quien ya lo tiene.
Si optas por emprender, plantea la viabilidad de tu proyecto antes de iniciarlo. En cuanto a lo de la formación, busca algo que sea compatible con seguir en el mercado laboral. Volver a él después, te costará. ¿Puedes permitírtelo? Tu decisión tendrá consecuencias inmediatas en tu economía. Valora si te lo puedes permitir y no te dejes llevar por el primer impulso.
Si a pesar de ello, ya lo tienes seguro, lo has meditado, y dejarás tu trabajo:
- Piensa con calma por qué quieres abandonar tu puesto de trabajo. Si guarda relación con el jefe o los compañeros que hay en la oficina, deberás buscar otras alternativas. Salir corriendo y huir del problema no parece la más recomendable. Si tu problema tiene que más que ver con tu propia felicidad, con tus expectativas laborales o con un sentimiento de frustración permanente, es el momento de dejar tu empleo. No lo pienses más.
- Plantéele a la empresa tu situación. Pide un cambio dentro de ella, si el problema no es la empresa sino tu desarrollo profesional dentro de ella. Si aún así no atienden tu petición, negocie tu salida. Calcula cuánto te corresponde de finiquito y plantea a recursos humanos la posibilidad de que te indemnicen de alguna forma. Puede que ese dinero te venga realmente bien si lo que quieres es emprender.
- Si después de meditarlo, quieres emprender tu propio proyecto, no dejes que el resto te influya. Muchos dirán que estás loco, pero es mejor iniciar un nuevo proyecto que te llene, que perderse en un mar de lamentos. Antes de tomar la decisión definitiva sondea el mercado y las posibilidades reales de que tu negocio triunfe, mira las subvenciones a las que podrías optar o busca algún socio inversor que te ayude al principio.
- No te vayas de la empresa con estridencias. Puede que no te sientas muy agradecido con ella, pero es una forma de cerrarse puertas. No te conviene descalificar o denunciar a tu empresa, esa es una huella difícil de borrar. Tampoco es bueno si quieres seguir en el mismo sector, puede que tu brusca salida llegue a oídos de otros departamentos de recursos humanos y te cueste más encontrar empleo.