En plena guerra por el talento dentro del sector IT , las empresas necesitan encontrar palancas que aseguren la fidelidad de sus mejores trabajadores. Dentro de esa variedad de recursos destinados a ese fin, generar una buena experiencia de empleado se ha convertido en una de las formas más efectivas de provocar ese deseado “engagement” que evite fugas y sirva, además, para atraer a nuevos talentos a la compañía.
La llegada de los modelos híbridos y de teletrabajo ha introducido una nueva variable en ese concepto amplio y multifacético al que se llama “experiencia del empleado”. Al trasladar la labor diaria a otros lugares distintos de la clásica oficina, el trabajador encuentra nuevos estímulos, necesidades y problemas a los que su empresa debe responder si se quiere asegurar la satisfacción de sus empleados. Se trata de un compendio de elementos que configuran una ‘teleexperiencia de empleado’ que, según WorkMeter, es fundamental cuidar.
El teletrabajo, factor muy valorado
“Sabemos que la posibilidad de teletrabajar es ya un factor muy valorado por los profesionales a la hora de aceptar una oferta de empleo. Pero los códigos del teletrabajo no son los mismos que los del trabajo presencial, y por esa razón no se puede diseñar una experiencia de empleado igual para ambas modalidades. El mismo trabajador no tiene las mismas necesidades cuando está en la oficina que cuando desarrolla su labor desde casa, y hay que tener muy presente cuáles son esas inquietudes para mantenerlo enganchado al proyecto”, destaca Joan Pons, CEO de WorkMeter.
Las 10 claves para generar una buena ‘teleexperiencia de empleado’ serían:
- Herramientas tecnológicas eficientes. Para teletrabajar el empleado necesita contar con un equipo técnico e informático que se ajuste a sus necesidades, una buena conexión a Internet, plataformas digitales amigables, versátiles y fáciles de usar, y sistemas flexibles que le permitan trabajar en la nube y desde cualquier lugar y dispositivo.
- Home office. Del mismo modo, precisa contar con un espacio físico acondicionado y confortable para desarrollar su trabajo. Una mesa adecuada y una silla ergonómica y regulable que evite problemas posturales, y un espacio independiente del resto de la vivienda para trabajar sin interrupciones ni distracciones.
- Ciberseguridad y servicio técnico. En este tipo de modelos híbridos o de teletrabajo, en los que los equipos no se encuentran físicamente dentro de la sede de la empresa, la seguridad cobra una particular importancia. La compañía debe poner los medios para garantizar que no haya brechas ni problemas de hackeo o pérdida de datos por el hecho de mandar a sus trabajadores a sus casas. Igualmente, los empleados necesitan sentirse seguros y protegidos, y saber que si tienen una incidencia técnica, alguien les ayudará a solventarla.
- Formación. La capacitación continua en nuevas tecnologías, plataformas y aplicaciones es un activo valioso para cualquier empresa, especialmente en entornos de trabajo remoto. Con la tecnología en constante evolución, es fundamental que el equipo esté bien formado para aprovechar al máximo estos desarrollos.
- Comunicación y feedback. Cuando se trabaja desde casa o en un tercer espacio ajeno a la sede corporativa, la sensación de aislamiento o de desconexión con el resto del equipo es un riesgo muy real. Es fundamental establecer buenos canales y procedimientos de comunicación y feedback que permitan una interacción fluida y frecuente con mandos superiores y compañeros.
- Objetivos y procedimientos claros y medibles. Una comunicación ágil implica establecer objetivos claros y medibles. Esto permite que el teletrabajador sepa exactamente lo que se espera de él y cómo puede lograr esas metas, lo que se convierte en un elemento clave para el éxito. En ese sentido, herramientas de medición de productividad como las de WorkMeter son de gran ayuda porque permiten al profesional autoevaluar su propio desempeño en tiempo real y en relación con los objetivos marcados.
- Colaboración y apoyo. En entornos deslocalizados, la colaboración y el soporte del resto del equipo son otro elemento imprescindible para una buena experiencia. El trabajador necesita sentirse arropado por sus jefes y compañeros, necesita, en suma, sentirse parte del equipo, aunque se encuentre a cientos de kilómetros de sus colegas.
- Espacios para la interacción. Una de las grandes ventajas del trabajo presencial sobre el teletrabajo es que en los entornos físicos se da la posibilidad de interactuar en contextos que van más allá del trabajo en sentido estricto. Esas charlas informales de pasillo, alrededor de la máquina de café o en los descansos para comer estrechan vínculos y hacen equipo. Pero el Covid-19 nos enseñó que también es posible generar esos espacios de interacción más personal en modalidad digital, a través de “quedadas informales” en videollamada, concursos y otros recursos que son poderosos instrumentos de cohesión interna.
- Cuidado de la salud física y mental. El cuidado de la salud, tanto física como mental, de sus empleados es una de las principales vías que tiene una compañía para construir el compromiso y el orgullo de pertenencia. Una vía que, en el caso de la modalidad del teletrabajo, se canaliza a través de medidas como propiciar y garantizar la desconexión digital del colaborador para evitarle situaciones de estrés, agotamiento o burn out.