El 45% de los trabajadores sufre el llamado síndrome burnout. El estrés laboral supone así un obstáculo para el buen funcionamiento de las empresas y un ámbito donde se pueden trabajar diferentes líneas por parte de las empresas.
El estrés continuado puede tener consecuencias severas tanto en la salud física como mental de una persona. A nivel físico puede producir problemas como enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, insomnio e incluso una disminución del sistema inmunológico. Mentalmente, esta enfermedad conlleva trastornos como depresión, ansiedad, disminución de la capacidad de concentración y problemas de memoria.
Además, el estrés laboral crónico puede afectar negativamente a las relaciones personales y el rendimiento. Las razones por la que estas afecciones han crecido tanto en los últimos años son principalmente la tecnología y la globalización, ya que han acelerado un cambio constante en la sociedad, con la consecuente incertidumbre.
Para combatir este estres laboral, el experto Miguel Navarro propone una serie de consejos:
- Implementar rutinas laborales y espacios que potencien el enfoque y rendimiento. A la hora de implementar una rutina de trabajo, es imprescindible contar con un espacio de trabajo impecable, añadiendo elementos que promuevan la tranquilidad y eliminando aquellos que no. Este lugar será en el que pasaremos gran parte del día, así que la atención al detalle para que esté a nuestro gusto es fundamental.
- Minimizar las distracciones. Los lunes pueden llegar a ser agotadores y desmotivadores, porque el descanso se percibe lejano. Esto hace favorable las distracciones con el teléfono, YouTube, o conversaciones con amigos, lo que impide un rendimiento óptimo. Si programamos las pausas entre actividad y actividad, será mucho más fácil concentrar los esfuerzos de trabajo en momentos específicos y aumentar la eficiencia durante esos intervalos. Trabajar sin descansos, especialmente después de unas vacaciones o fin de semana, puede ser contraproducente y generar mucha frustración, que terminaremos arrastrando a lo largo de la semana. Sin embargo, incorporar breves momentos de relajación ayuda a resolver este problema.
- Promover una mentalidad de crecimiento y autodisciplina. La autodisciplina no se consigue de la noche a la mañana, requiere un esfuerzo continuo y existen diferentes formas de estimular la mente para aprender a trabajarla, aunque todo se reduce a compromiso personal. El pensamiento positivo puede ayudar a la motivación y la responsabilidad individual, se puede conseguir haciendo ejercicio regularmente, estableciendo rutinas matinales, o definiendo objetivos a corto plazo que sean asequibles.
- Dedicar algo de tiempo a cuidar de la salud física y mental. La balanza entre el trabajo y el ejercicio físico es clave para mantener la productividad y la claridad mental. Invertir energía y pasión en el trabajo es vital para el éxito profesional, pero sin un balance saludable, puede llegar a resultar perjudicial. El ejercicio ayuda a la neurogénesis, lo cual mejora la claridad mental y la capacidad de resolver problemas. Lo mejor para empezar es hacerlo escalado, comenzar con dos sesiones semanales e incrementar la frecuencia con el tiempo y la resistencia.
- Planificar con antelación. Establecer unos hábitos laborales requiere ser consciente de las metas que se quieren alcanzar, y para ello es necesario planificar la jornada con antelación. Los domingos, o la última media hora de cada día laboral, pueden ser buenas horas para dedicarlas a la planificación. Es importante saber qué tareas tenemos pendientes, la importancia de las mismas y preparar el terreno para lo que pueda pasar al día siguiente o incluso durante la semana. Esto permite llevar al día las tareas más concretas y ajustarnos basados en los imprevistos del día.
A estos puntos se le pueden añadir la propia tecnología como un hilo conductor. Las empresas pueden echar mano de hardware, software y servicios tecnológicos para reducir el agotamiento de sus trabajadores, crear un clima sano en el puesto de trabajo, y promover una empresa más productiva, pero a la vez más motivada y saludable.