En plena era de la digitalización, la cultura del dato se ha extendido a todos los sectores económicos. De ahí que las empresas trabajen en proteger su información sensible de accesos no autorizados, corrupciones o robos. A esta práctica se la conoce como el manejo seguro de datos.
Este concepto alude a todos los aspectos de la seguridad de la información, es decir, desde la seguridad física del hardware y los dispositivos de almacenamiento, hasta los controles administrativos y de acceso, además de la seguridad lógica de las aplicaciones de software. De igual modo, se incluyen políticas y procedimientos organizacionales.
Este concepto incluye aspectos como la encriptación, la tokenización y las prácticas de gestión de claves para protegerlos en todas las aplicaciones y plataformas de una organización. Y es que hay que tener en cuenta que las previsiones indican que los datos en todo el mundo aumentarán en más de un 61% de cara a 2025 (según un estudio reciente de IDC).
De igual modo, el informe 2022 ‘Cost of Data Breach Report’ de IBM recoge que el coste medio de una violación de datos durante el año pasado ascendió a los 4,45 millones de dólares, tardándose una media de 277 días en identificar y contener un ataque. De ahí la necesidad de poner en valor una política efectiva de esta práctica de protección que puede llevarse a cabo a través de seguridad gestionada. En el whitepaper que verás a continuación entenderás el concepto clave de esta estrategia (la seguridad gestionada) y por qué es una buena idea para empresas de todos los tamaños.
La importancia de la clasificación de los datos
Para gestionar y proteger la información sensible será fundamental organizar y categorizar los datos en base a una serie de criterios específicos. Para clasificarlos habrá que tener en cuenta factores concretos como la sensibilidad, la importancia, la confidencialidad, la facilidad de uso y los requisitos normativos.
En el manejo seguro de datos se precisan de tres niveles de clasificación: pública o no clasificada (información que puede compartirse libremente sin restricciones), interna o confidencial (sensible o confidencial y, por ende, accesible únicamente al personal autorizado de la organización) y restringida (altamente sensible y que precisa de un elevado nivel de protección. Su acceso no autorizado podría causar daños importantes).
Las claves
Si los ciberdelincuentes acceden a los datos sensibles, éstos podrían emplearlos con fines lucrativos. De este modo, se podrían adoptar una serie de medidas críticas para salvaguardar esta información.
En primer lugar, contraseñas seguras (únicas para cada cuenta y actualizándolas con regularidad). En el año 2019, el Centro Nacional de Ciberseguridad (NCSC) de Reino Unido realizó un estudio en el que se reveló que 23,2 millones de cuentas víctimas en todo el mundo utilizaban la contraseña ‘123456’.
Otro aspecto a tener en cuenta es el cifrado. De este modo, se convertirán en un código para impedir el acceso no autorizado y que fuesen fácilmente legibles. Esto debe ir acompañado de la realización de copias de seguridad periódicas (almacenadas en un lugar seguro y externo), de actualizaciones de software (con parches de seguridad actualizados) y de seguridad física.
El ‘manejo seguro de datos’ es fundamental en el panorama digital actual para gestionar los datos sensibles y minimizar el riesgo de filtración de éstos en base a la normativa vigente, como la Regulación General de Protección de Datos (GDPR) de Europa.
Conceptos vitales
La ingeniería de la seguridad de datos es fundamental para proteger la red de las amenazas desde sus orígenes hasta que pasen a ser confiables y seguras. Ésta se encarga de diseñar sistemas que protegen las informaciones sensibles con pruebas de seguridad, revisiones de código regulares, arquitecturas de seguridad y modelos de amenazas.
Con respecto a la encriptación, ésta se caracterizará por proteger los datos almacenados, siendo las estrategias esenciales para cualquier empresa que emplease el entorno cloud. La encriptación dificultará que los hackers se hiciesen con los datos del flujo de trabajo.
Es muy importante implantar sistemas de detección de intrusos de red (NIDS), capaces de supervisar continuamente el tráfico de red en busca de un comportamiento ilícito o anómalo. Posteriormente alertarán a los administradores de red. Por todo ello, es importante contar con un plan de respuesta ante la violación de datos, un sistema eficaz.
Asimismo, el firewall se presenta como software o hardware diseñado con un conjunto de reglas para bloquear el acceso a la red de usuarios no autorizados, alterando ‘el manejo seguro de datos’.
Este manejo también implica establecer conexiones cifradas y páginas seguras con protocolos HTTPS, que puedan ocultar y proteger los datos enviados y recibidos en los navegadores. Los profesionales podrán implementar protocolos TCP/IP, así como métodos de encriptación, como Secure Sockets Layer (SSL) o Transport Layer Security (TLS).
Otro aspecto a tener en cuenta por los equipos de seguridad deben ser las pruebas de intrusión. Permitirá identificar las vulnerabilidades antes de tiempo y diseñar un plan para solucionarlas. Un administrador de red experto en pruebas de intrusión podrá ayudar a localizar los problemas y aplicar parches para reducir el riesgo de padecer un ataque. Posteriormente se podrán generar informes para los auditores como prueba de cumplimiento.