Si necesitas renovar tu monitor, o los monitores de tu empresa, pero tienes dudas y no sabes por dónde empezar no te preocupes, en este artículo te vamos a ayudar a resolver dos de las cuestiones más importantes que debes plantearte antes de tomar una decisión: el tamaño de pantalla y la resolución que este debe tener. Recuerda que esto también aplica a los ordenadores portátiles.
Ten en cuenta que aunque estos dos criterios son muy importantes no son los únicos que deberás tener en cuenta para elegir tu nuevo monitor. También deberás valorar otras cosas las opciones de conectividad, el tipo de panel, si necesitas que incluya altavoces, la ergonomía que requiere para adaptarse bien al puesto de trabajo o a diferentes usuarios y la profundidad y la reproducción de diferentes espacios de color, si es que piensas utilizarlo para tareas profesionales exigentes.
¿Por qué importa tanto la resolución y el tamaño de un monitor?
Es muy importante porque ambas determinan no solo el espacio de trabajo que vas a poner utilizar, sino también la comodidad con la que podrás afrontar diferentes tareas y la nitidez y calidad de la imagen. Piensa, por ejemplo, en los problemas que tendrías para trabajar con varias aplicaciones a la vez en una pantalla de solo 19 pulgadas con resolución 720p.
Tampoco sería buena idea utilizar un panel de 32 pulgadas con resolución 1080p, porque la densidad de píxeles por pulgada sería muy baja e inadecuada para un espacio tan grande, y porque al final todo se vería muy grande y poco definido. Lo ideal es intentar buscar un cierto equilibrio entre resolución y tamaño de pantalla para que tengamos disponible el espacio que realmente necesitamos y la nitidez adecuada.
Tamaño de pantalla y resolución: valores recomendados
La resolución de pantalla 1080p se ha convertido en el gran estándar del sector por su buena relación entre calidad de imagen, rendimiento y coste, y en líneas generales mantiene una buena densidad de píxeles en monitores de hasta 24 pulgadas. Ese debería el techo máximo al que deberíamos llegar para que la densidad de píxeles por pulgada no se vea seriamente mermada.
Subimos un peldaño y nos vamos a la resolución 1440p, también conocida como QHD, que ha ido ganando en popularidad porque representa una mejora importante en calidad de imagen frente a 1080p, pero sin ser demasiado exigente. Esta resolución es ideal para la mayoría de los trabajos de ofimática que requieren tener dos ventajas o aplicaciones abiertas en paralelo, y encaja bien con monitores de hasta 28 pulgadas.
La resolución 2160p, también conocida como 4K, se suele limitar a escenarios profesionales dedicados a la edición o a la creación de contenidos, y tiene un perfil más artístico, pero esto no quiere decir que no ofrezca ventajas en entornos donde tenemos que trabajar con tres o incluso cuatro ventanas o aplicaciones en paralelo partiendo la pantalla. En estos casos los monitores de hasta 34 pulgadas ofrecen una buena experiencia de uso.
Una mención especial a los monitores ultra panorámicos
Este tipo de monitores se caracteriza por utilizar el formato de imagen 21:9 en lugar del 16:9 tradicional, lo que significa que tenemos más espacio en horizontal. Por ejemplo, un monitor con este formato y resolución WQHD tendrá un conteo de 3.440 x 1.440 píxeles, mientras que un monitor WUHD tendrá una resolución de 5.120 x 2.160 píxeles.
Como podemos apreciar, aumenta el conteo de píxeles en el plano horizontal para cubrir el mayor tamaño de la pantalla, y esto compensa la densidad de píxeles total. Por ejemplo, en 2160p (UHD) tenemos una cantidad total de 8,294 millones de píxeles, mientras que en WUHD tenemos un total de 11,059 millones de píxeles.
Normalmente este tipo de monitores con esos formatos de pantalla y esas resoluciones dan lo mejor de sí en manos de editores de fotografía y vídeo, y también son una excelente opción para artistas y creadores de contenido. Su formato alargado mejora la inmersión y facilita la concentración, así que pueden ser también una buena opción para afrontar trabajos en general que requieran del uso de varias aplicaciones y documentos en pantalla partida distribuidos en paralelo.
Notas finales y recomendaciones concretas
Para un puesto de trabajo básico de ofimática donde normalmente se trabaja con un editor de textos, o con una única herramienta sencilla, bastaría con un monitor de 21 pulgadas y resolución 1080p. Por contra, si el monitor se va a utilizar para multitarea con al menos dos aplicaciones o herramientas colocadas en paralelo sería recomendable buscar un monitor más grande y con resolución 1440p.
Los monitores 4K de gran tamaño se dirigen a perfiles de uso muy concretos como dije anteriormente, y no tienen sentido para puestos de trabajo que se limitan a tareas clásicas de ofimática en general, tanto edición de textos como recepción y escritura de correos.
Estos monitores tienen sentido en manos de trabajadores que deben tener tres o cuatro aplicaciones abiertas a la vez para poder afrontar su trabajo, o que realizan tareas que requieren de una alta resolución de la imagen, y/o de un gran espacio de trabajo porque utilizan archivos grandes o cantidades enormes de datos que deben poder visualizar en pantalla de forma simultánea.