Elegir un buen portátil profesional puede ser una decisión muy complicada, sobre todo ahora que el mercado está tan concurrido, y que tenemos tanta variedad de modelos disponibles a precios muy dispares. También es una decisión que debemos tomar con mucho cuidado, ya que este se convertirá en nuestra herramienta de trabajo, y de él dependerá nuestra productividad y la seguridad de nuestros proyectos.
Para tomar la decisión correcta no basta con ir a por el portátil más barato que encontremos, y tampoco es una garantía optar por modelos con precios y prestaciones equilibrados. Un buen portátil profesional será aquel que se ajuste a lo que necesitamos realmente, eso está claro, pero al final hay una serie de claves que se perfilan como requisitos mínimos que podemos aplicar de forma genérica para respaldar ese concepto de buen portátil.
En este artículo vamos a repasar esas cinco claves que debe tener un buen portátil profesional, y te las vamos a explicar al detalle para que tengas la base necesaria para poder elegir correctamente tu próximo portátil. Si tienes alguna duda puedes dejarla en los comentarios y te ayudaremos a resolverla.
1.-Pantalla de al menos 13,3″ y resolución FullHD
La pantalla y la resolución determinan el espacio de trabajo del que vamos a disponer en nuestro día a día. Si vamos a pasar varias horas delante de la pantalla haciendo un trabajo intensivo ambos factores afectarán enormemente a nuestra productividad, y también al cansancio y la fatiga ocular.
Una pantalla muy pequeña, y una resolución muy baja, serán contraproducentes y tendrán un impacto muy negativo en estos casos. No debemos bajar de 13,3 pulgadas y 1080p porque son los valores mínimos que podemos considerar como aceptables para la mayoría de las tareas de ofimática y similares.
Los portátiles de menos de 13,3 pulgadas solo tienen sentido para casos muy concretos, y para la realización de tareas específicas que, normalmente, solo duran unos minutos y se realizan de forma intermitente.
2.-Procesador de 4 núcleos y 8 hilos como mínimo
El procesador es el cerebro del equipo, y será el que determine en gran medida el rendimiento del mismo, y esto afectará a nuestra productividad en sentido amplio. Un buen portátil profesional debe tener como mínimo una configuración de cuatro núcleos y ocho hilos, este tiene que ofrecer un IPC elevado.
Esto también afectará a nuestra experiencia de uso y a nuestra productividad, porque un procesador que no cumpla con ese mínimo no ofrecerá un buen rendimiento, y esto se dejará notar en tiempos largos de espera al utilizar diferentes aplicaciones, retrasos y tiempos de carga importantes que, al final, nos harán trabajar con mayor lentitud.
Hoy en día los procesadores de cuatro núcleos y ocho hilos son muy económicos, y ofrecen un nivel de rendimiento lo bastante bueno como para mover Windows 11 sin problemas, siempre que su IPC sea elevado.
3.-Mínimo 8 GB de RAM, aunque lo ideal son 16 GB
La memoria RAM no solo determina las aplicaciones y programas que podemos ejecutar, sino que también puede afectar a la fluidez de estos, al rendimiento del sistema operativo y a la posibilidad de realizar multitarea de una manera fluida.
Para mover Windows 11 es necesario un mínimo de 4 GB de RAM, pero con esa cantidad la experiencia de uso no será nada buena. Solo a partir de 8 GB de RAM tendremos un rendimiento aceptable, pero nuestra capacidad de trabajo en multitarea sea limitada, y por eso lo ideal son 16 GB de RAM.
Tened en cuenta que algunos portátiles no permiten ampliar la memoria RAM porque esta viene soldada, así que es necesario comprarlos ya configurados de casa con la cantidad de memoria que vayamos a necesitar.
4.-Unidad de almacenamiento SSD de 256 GB como mínimo
El SSD nos permite disfrutar de unos tiempos de arranque y de apagado mucho más rápidos, y también es el «culpable» de esa sensación de fluidez al abrir aplicaciones, archivos y datos que tanto nos gusta, y que tanto nos ayuda a mejorar en términos de productividad.
La mayoría de los portátiles actuales vienen con un SSD, pero la capacidad de este no debe ser inferior a los 256 GB por una razón muy sencilla, el espacio es un recurso muy valioso que se agota enseguida, y solo con instalar Windows 10 o Windows 11, más los programas básicos que vayamos a utilizar, ya habremos utilizado una cantidad considerable.
Una unidad de 256 GB nos dará margen suficiente para trabajar durante bastante tiempo sin que el espacio se convierta en un problema. Obviamente si trabajas editando fotografía o vídeo necesitarás un SSD de mayor capacidad, pero esos 256 GB serían la base general mínima.
5.-Sistema de seguridad biométrica
La protección es fundamental, y un buen portátil debe contar con las medidas de seguridad mínimas necesarias para asegurar el equipo y sus datos. En este sentido, la seguridad biométrica es una de las más importantes y de las más eficaces, ya que puede evitar accesos no autorizados, tanto de extraños como de compañeros de trabajo.
Una de las medidas de protección biométrica más común y más eficaz es el lector de huellas dactilares, aunque otros equipos también ofrecen reconocimiento facial a través de Windows Hello. Ambas opciones son perfectamente viables y funcionales.
Si tienes dudas sobre las opciones de seguridad de este tipo que incluye un portátil lo mejor es que preguntes antes de comprar, ya que en algunos casos son opcionales y solo se incluyen en ciertos modelos y configuraciones.
