La sociedad cada vez es más consciente consciente de lo que hace con los productos que compra. No solo como consumidores, sino también como empresas. Dentro de estas medidas que toman las compañías está la logística inversa, que es un tipo de gestión de la cadena de suministro en la cual el flujo del proceso es el opuesto al tradicional.
La logística de ida y vuelta completa la supply chain convirtiendo la entrega del producto al cliente en un paso más de la cadena en lugar de la etapa final, abordando así la gestión integral del producto. La logística inversa, en la que es el cliente quien envía el producto al fabricante, vendedor o SAT, entre otros actores, engloba diferentes servicios, como gestión de DOAs (productos con defectos de fábrica), desistimiento, devolución, reparación, adecuación o reciclaje, según indican desde ANOVO.
La logística inversa en cifras
En la cadena logística de distribución, en la que el cliente es el punto final, son los propios consumidores los que deciden cómo deshacerse de los productos. Aunque es cierto que los consumidores son cada vez más responsables, en España la tasa de reciclado de residuos municipales es alta, de un 35% según el COTEC, y lo ideal sería que algunos de esos artículos dieran un paso atrás en la cadena de suministro y se integraran en redes de economía circular, en lugar de ser desechados y terminar con su vida útil.
Esta operación de incorporar los productos a esa circularidad en la que el producto retorna a su origen es en lo que se basa la logística inversa. La logística de ida y vuelta es, sin duda, un negocio rentable para las empresas ya que, entre otras cosas, les permite ahorrar en costes gracias a la reutilización de equipos, al uso de materiales reciclados en lugar de materias primas o a la reducción de los costes de almacenamiento, por ejemplo. Además, la logística inversa ayuda a que las empresas contribuyan con el medioambiente al alargar el ciclo de vida de los productos. Asimismo, estamos viendo cómo aumenta el valor de la logística inversa, que superará los 958 billones de dólares en 2028, según Statista.
Ejemplos de logística inversa
En este contexto de crecimiento, ANOVO ha elaborado una lista con cuatro ejemplos de servicios de logística inversa que lleva ofreciendo a grandes empresas durante más de 20 años:
- Reacondicionamiento de productos: Cuando un producto se devuelve, a menudo puede ser reacondicionado para darle una nueva vida. Para ello, se reemplazan piezas dañadas o desgastadas, se limpia y se restaura.
- Reparación de dispositivos: Los dispositivos electrónicos, como smartphones, portátiles o televisores, pueden ser reparados en lugar de ser desechados. A menudo, podemos alargar la vida del dispositivo sin necesidad de adquirir uno nuevo.
- Recuperación de componentes de dispositivos que ya no pueden ser usados: Algunos equipos pueden ser desmontados para recuperar sus componentes que todavía pueden ser utilizados en otros productos.
- Gestión de residuos: Cuando los productos no pueden ser reutilizados o reparados, deben ser eliminados adecuadamente para minimizar el impacto ambiental. La logística inversa también implica el manejo y disposición de residuos de manera segura y responsable.