MadBlue ha decidido apostar por la seguridad alimentaria de manera decidida y ha seleccionado para participar en su tercera edición a varias startups del sector.
Lo hace porque los problemas en torno a la alimentación se acumulan: el hambre en el mundo lleva años creciendo y es urgente disponer cuanto antes de nuevas fuentes proteicas a gran escala y de una industria alimentaria que use menos plásticos, entre otras necesidades. MadBlue aporta su grano de arena ante todos estos desafíos de la mano de empresas de nueva creación que dan pequeños pasos en la dirección correcta a través de la innovación de impacto.
El hambre sigue siendo el principal reto de la industria alimentaria. En 2017 aumentó por primera vez en 15 años, desde entonces no ha experimentado retrocesos significativos y a partir de la pandemia se ha acelerado considerablemente, hasta afectar a 828 millones de personas, 46 millones más que en 2020, según el informe de Naciones Unidas ‘El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo 2022’, publicado en junio.
El documento pone en duda el cumplimiento del compromiso adquirido en 2015 de erradicar el hambre en 2030, ya que la tendencia actual apunta a que el porcentaje de personas en una situación alimentaria extrema será en esa fecha el mismo que quince años atrás, un 8%
Y, por si esto fuera poco, el aumento de la población global, que en 2050 superará los 9.000 millones de personas, así como el elevado daño medioambiental causado por el excesivo uso de plásticos, añaden aún más presión a la industria alimentaria para que reformule sus procesos.
El consumo de proteína animal crece en el mundo de una forma irreflexiva, por encima de los límites biofísicos del planeta, y es necesario acelerar el desarrollo de fuentes proteicas alternativas, como las vegetales. En paralelo, varias organizaciones mundiales han alertado recientemente del problema de los microplásticos, que se incrustan hasta en los gránulos de sal marina, elevando la presión para que las industrias altamente intensivas en plástico, como la alimentaria, reformulen sus procesos.
Grandes retos globales
MadBlue se dirige de plano a estos grandes retos globales, y en su tercera edición (25 y 26 de abril en el COAM, Madrid) potenciará, entre otras, a varias startups que ofrecen soluciones para la industria alimentaria. Algunas de ellas tan innovadoras como Aloalto Foods, que promueve el consumo de alimentos orgánicos, locales y libres de pesticidas que han sido cultivados con eficiencia energética y utilizando hasta 300 veces menos suelo y un 95% menos de agua.
Otras, como Mygreens, se dirigen a la necesidad mundial de modificar las fuentes de nutrientes para garantizar la sostenibilidad de la industria alimentaria, en su caso comercializando microvegetales, plantas de 6 a 10 centímetros de altura consideradas ‘superalimentos’ por su elevada concentración de nutrientes. Comparte objetivo con Encantado de Comerte, que también promueve la eficiencia alimentaria al dar salida en forma de lotes a los alimentos que los comercios no han conseguido vender a lo largo del día, un problema habitual para el que no existen demasiadas soluciones de impacto. Oasis Analitica, en otro ámbito, también mejora procesos al facilitar a los agricultores la gestión de tareas y la planificación del día a día.
El ‘summit’, reconocido globalmente como uno de los espacios de encuentro de referencia para fondos y emprendedores, reforzará asimismo a varios proyectos que encuentran en los océanos soluciones a retos de nuestro tiempo. Ficosterra, por ejemplo, desarrolla fertilizantes a base de plantas marinas; y Flexsea va más allá de la industria alimentaria al sustituir los plásticos habituales por materiales fabricados a partir de algas, lo que puede revolucionar este y otros sectores.
La variedad de soluciones que tienen relación con los mares se debe a la especial relevancia que MadBlue concede en esta edición a los océanos como fuente de conocimiento e innovación. Startups como MadBlue Marine, que lidera la revolución verde en los océanos con sus barcos de hidrógeno; Gravity Wave, que extrae plásticos del mar y los convierte en muebles y otros productos; o Arrecife Systems, proveedor de energía mareomotriz a través de turbinas flotantes, son tres de las propuestas más disruptivas vinculadas a este ámbito.
