La denominada «cultura de la cancelación» es una práctica en la que un personaje público o una organización pierde el apoyo popular, debido a una acción socialmente inaceptable. La consultora, Walters People, analiza cómo este fenómeno también afecta dentro del ámbito laboral.
Personajes públicos como la Ministra Irene Montero, el presentador Jorge Javier Vázquez o el actor, Eduardo Casanova, ya se han visto ‘cancelados’ en las redes sociales por sus opiniones controvertidas, pero este fenómeno se extiende más allá de las redes sociales, hasta llegar incluso a los medios de comunicación tal y como ocurrió con las polémicas de Will Smith, James Cordon o, recientemente, con Tamara Gorro.
Al igual que ocurre con un personaje famoso, un profesional también puede perder la oportunidad de promocionar dentro de su compañía si ha sido ‘cancelado’ por sus compañeros, por lo que la última opción que le queda si desea progresar en su carrera es cambiar de empleo.
Para analizar cuándo es más común que suceda este fenómeno y así aprender a hacerle frente, Ramón Pérez, Manager en Walters People, repasa una serie de situaciones cotidianas en el lugar de trabajo que pueden ser interpretadas como un comportamiento tóxico.
El equipo antes que el yo
Un profesional pasa la mayor parte de su tiempo diario con sus compañeros, con los que se tienen unos objetivos comunes que cumplir. Todos somos parte de un equipo, así que es importante evitar el enfoque despreocupado de “esta no es mi responsabilidad” o “a mí no me pagan por hacer esto”, ya que en ocasiones es más indicado ofrecer una mano amiga y tratar de apoyar a un compañero en todo lo posible.
Abrirse a los demás
Cuando la conversación diaria se limita a hablar únicamente de temas de trabajo, no se llega a conocer realmente a la persona que hay detrás del puesto. Mostrar una coraza conlleva desconfianza y puede provocar que los compañeros de trabajo ‘cancelen’ a la persona que no se muestra tal y como es.
Comentar que te sientes agobiado por comprar o alquilar una casa, que necesitas consejo para elegir un futuro máster, o hablar de temas afectivos es algo totalmente aceptable para compartir en el trabajo y nos muestra tal y como somos: personas trabajadoras con problemas comunes que compartimos con nuestros compañeros de trabajo.
La ignorancia no es felicidad
La actualidad sociopolítica está en ebullición a nivel global y se trata del principal tema de conversación que puede dividir a los compañeros de un equipo, ya que a cada persona le afecta de un modo diferente. Mantenerse informado desde diversos puntos de vista es la mejor manera de evitar hacer un comentario que pueda ofender a otros. Las conversaciones entre compañeros de diferentes edades y posicionamientos es una fuente de enriquecimiento.
Cuidado con el humor
Eso no quiere decir que no se pueda pasar un buen rato divertido mientras se está trabajando. Hay que tener en cuenta que el sarcasmo puede malinterpretarse fácilmente y que el humor negro no es para todos, especialmente en un correo electrónico o en el chat corporativo, ya que no se cuenta con el lenguaje corporal que ayuda a interpretar el tono de la broma. Burlarse de alguien en el grupo o gastar una broma de mal gusto sobre algo serio equivale a una alta probabilidad de ofender, pero eso es humor.
Está comprobado científicamente que tener sentido del humor sirve como inoculador del estrés. Cuando nos reímos liberamos sustancias bioquímicas como la dopamina (mejora nuestro estado de ánimo) o adrenalina (mayor activación) y sobre todo serotonina, que disminuye el cortisol (conocida como la hormona responsable del estrés).
Stop a los rumores
Involucrarse en discusiones insignificantes y alimentar rumores dañinos en el trabajo es uno de los modos en los que un profesional puede ser ‘cancelado’ de un momento a otro, ya que emite juicios de valor, normalmente no apoyados en la realidad.
El mejor consejo es mantenerse alejado de los cotilleos inútiles e involucrar al departamento de recursos humanos si en algún momento un rumor puede afectar de forma negativa a una persona o un departamento.
Asumir la responsabilidad
A veces las cosas no salen del todo bien en el trabajo por algo que no se ha hecho correctamente o por haber dicho algo indebido. Cuando esto sucede, lo mejor que se puede hacer para demostrar profesionalidad es dar un paso al frente y asumir la responsabilidad. No podemos solo atribuir aciertos y nunca errores. Escabullirse de un problema o “echar balones fuera” no es el mejor modo de ser un compañero honrado o digno de confianza, ya que es el germen para futuros problemas.
Practicar la gratitud
Como responsable, o simplemente como parte de un equipo de trabajo, hay que tomarse el tiempo necesario para ponerse en la piel del otro y pensar en cómo puede sentirse la otra persona por tener una mayor carga de trabajo. Comunicarse y verbalizar agradecimiento es mucho mejor que llevarse el crédito de la persona que ha realizado el trabajo. De nada sirven las medallas, mejor los trofeos compartidos.
“El primer paso para evitar ser ‘cancelado’ por los compañeros de trabajo es ser consciente de cuáles son las situaciones que pueden generar descontento e incomodidad en ellos. Vivir el rechazo del equipo no sólo afecta a nivel personal, sino que puede suponer un malestar que lleva al profesional a querer incluso cambiar de empleo. Si te sientes ‘cancelado’ y no sabes cuál puede ser el motivo, habla con tus compañeros y buscad una solución beneficiosa para todos, a veces un pequeño cambio de actitud genera muchos beneficios. Si el problema persiste, habla con tu departamento de recursos humanos y pide ayuda”, aconseja Ramón Pérez, Manager en Walters People.