Los requisitos mínimos de Windows 11 están muy claros, pero muchos todavía tienen dudas sobre qué necesitan realmente para poder mover bien dicho sistema operativo. ¿Es suficiente con cumplir los requisitos mínimos o es imprescindible contar con un equipo mucho más potente? La respuesta es que sí, que hace falta un equipo bastante más potente.
Microsoft dice que para ejecutar Windows 11 necesitamos:
- Una CPU de doble núcleo y 64 bits a 1 GHz que esté incluida en la lista de CPUs soportadas.
- 4 GB de RAM.
- Una unidad de almacenamiento con al menos 64 GB de capacidad.
- Una GPU compatible con DirectX 12.
- Pantalla con resolución 720p.
- Chip TPM 2.0 o equivalente (fTPM o PTT).
Un PC configurado con un Core i5 2500 no cumple el primer requisito, ya que a pesar de tener cuatro núcleos y ser de 64 bits no está en la lista de CPUs soportadas. Necesitaremos, como mínimo, un Ryzen basado en Zen+ o un Core Gen8, y lo ideal es que tenga al menos dos núcleos y cuatro hilos.
Contar con 4 GB de memoria RAM es el mínimo para que el sistema operativo arranque y no dé problemas graves de rendimiento ni de estabilidad, pero la experiencia no será nada buena. Solo con arrancar el PC el consumo de memoria ya será de casi 4 GB, así que el mínimo para asegurar una buena experiencia serán 8 GB de RAM.
Microsoft no exige una unidad de almacenamiento de alta capacidad, y tampoco requiere un SSD, pero para evitar problemas de espacio a corto o medio plazo, para reducir los tiempos de encendido y de apagado y para mejorar la respuesta de Windows 11 lo ideal es contar con una unidad SSD que tenga, al menos, 256 GB de capacidad.
Si tu equipo no cumple con esos requisitos «recomendados» que acabamos de ver no sería buena idea actualizar tu PC a Windows 11, porque aunque cumplas con los requisitos mínimos y esto te asegure recibir soporte oficial, la experiencia no va a ser buena.