Uno de los factores que más afecta la evolución de las criptomonedas son las noticias que hablan de su regulación o de su control por parte de algunas instituciones o países. Esto es así porque uno de los motores que impulsan los cripto activos es su descentralización y la posibilidad que permiten de mover dinero de forma descentralizada y anónima.
Muchos inversores que hacen trading en criptomonedas dudan de la posibilidad real de que se pueda organizar el sector de las criptodivisas sin impactar en aspectos que son la base de su existencia, como la descentralización.
Retos para la legislación de las criptomonedas
Los expertos apuntan varios retos cuando hablamos de la posibilidad de organizar o regular las criptomonedas. Por ejemplo, las criptodivisas tienen una estructura descentralizada que no se limita a una única jurisdicción. Es posible legislar sobre empresas y personas de una zona geográfica específica, pero no sobre una cadena de bloques descentralizada. Cada nueva legislación deberá limitarse a las firmas ubicadas en su área de control.
Por otro lado, la legislación debe ser neutral en cuanto a la tecnología. Vamos, que no se debe legislar sobre la tecnología, sino sobre el modelo de negocio que la aplica. Cada criptomoneda se apoya en una tecnología propia. Si la legislación se centra en esa tecnología desequilibra el mercado al perjudicar a una criptomoneda y beneficiar a otra.
En tercer lugar, cualquier legislación debería tener unos objetivos claramente formulados y transparentes para los participantes del mercado. Se trata de poner ciertos límites o de establecer unas guías para que las empresas y los modelos de negocio conozcan las reglas para que puedan ajustarse a ellas.
Conocer más y mejor el sector antes de intentar organizarlo
Da la impresión de que gran parte del problema surge del desconocimiento del sector de las criptomonedas. Los reguladores necesitan vigilar el ecosistema para entender la dirección de la industria. Solo así, sus decisiones tendrán un fundamento real y crearán la confianza necesaria para crear un ecosistema más transparente y robusto.
Quizás el primer paso en aras de una regulación sea definir qué entidades deben desarrollar las funciones principales del sector, tales como plataformas de intercambio, empresas que ofrecen cripto carteras y otras entidades centralizadas.
A partir de ahí, se puede avanzar en una regulación de los cripto activos. Con entidades autorizadas a velar por los cripto proyectos, se puede trabajar en la mejora de la transparencia, la volatilidad, el conocimiento del mercado y la percepción del mercado por parte de los inversores.
Al fin y al cabo, el riesgo de invertir también existe en todas las clases de activos y están regulados. Eso establece un campo de juego para la inversión y el trading transparente en el que cada inversor decide qué hacer sin la intromisión de una entidad centralizada.
Y, por supuesto, allí donde se acepte la inversión en criptomonedas se ha de velar por la seguridad de las empresas. Uno de los grandes problemas del sector es que de vez en cuando quiebran plataformas de intercambio de criptomonedas. Este año llevamos cuatro con la reciente bancarrota de FTX.
Los países que acepten que las empresas de criptomonedas tengan su sede, sean desarrollados o emergentes, deben tener una regulación enfocada a evitar el riesgo de inestabilidad financiera que pueden provocar estas firmas. El trading en criptomonedas se ve muy perjudicado por la caída de las plataformas dado que resulta muy difícil evitar ese riesgo de inestabilidad financiera en empresas que invierten en activos digitales de elevada volatilidad.
En realidad, los países que se han mostrado más favorables a las criptomonedas ofrecen menos regulación y menos garantías que otros. Esto supone que se genera un cierto descontrol en el mercado pues hay una gran duda de si las empresas de criptomonedas buscan establecerse en países donde haya menos regulación o sea más laxa.
A corto plazo, se puede aceptar una organización del sector sin impactar en su descentralización con restricciones de uso de cripto activos para ciertas actividades que pueden elevar aun más su volatilidad, tales como los derivados.
Algunas regulaciones son inaceptables
Sin embargo, lo que no es aceptable es que se prohíba la creación o el uso de cripto activos porque son la punta de un iceberg tecnológico que está más que justificado en la mejora y la economización del sistema financiero global.
En este sentido, la regulación que atente contra la descentralización nunca será bienvenida pues uno de los objetivos de las criptomonedas es el de establecer medios de pagos descentralizados que puedan llegar a todas las personas, tengan o no cuenta en un banco donde todo se centraliza y donde hay que pagar comisiones elevadas por sus servicios.
Tampoco tendría sentido regular el trading en criptomonedas más de lo que se regula el trading en otras clases de activos.
Sin embargo, sí será necesaria la coordinación y la cooperación entre los distintos países. Será necesario establecer unas normas internacionales que permitan el crecimiento de las criptomonedas como forma de pago descentralizada en todo el mundo. No en vano, las criptomonedas son un proyecto en constante evolución y es muy posible que las funciones económicas de las criptomonedas de hoy no sean las mismas que las de dentro de unos pocos años.