Si eres un emprendedor, habrás seguido con interés el trámite y aprobación de la conocida Ley Crea y Crece, llamada a corregir las numerosas trabas a la creación empresarial que han restado agilidad y competitividad a nuestro tejido productivo.
Una ley esperada y necesaria que contempla medidas de distinta índole, pero en la que una ha acaparado la mayor parte de los titulares: la rebaja del capital social a 1 euro para la constitución de una sociedad limitada. Emprender con 1 euro. Pero ¿nos hemos parado a reflexionar sobre la viabilidad de crear una empresa con tan irrisorio capital social?
Si queremos un mercado empresarial potente y competitivo en nuestro país, seguramente la medida más idónea no sea facilitar una sociedad que tan solo contempla los costes iniciales de notaría y registro, que, si bien son necesarios para su constitución, no son los suficientes. Por lo tanto, expondríamos a una posible disolución de la empresa, ya sea por pérdidas graves que dejarían su patrimonio neto reducido a menos de la mitad del capital social como debido a la responsabilidad por las deudas sociales de los administradores por no promover la disolución de la entidad.
Recordemos que España fue, durante el 2021, el segundo país de la Unión Europea con más quiebras empresariales, aumentando un 22,1% respecto a 2020, según Eurostat. Situación que no mejora durante 2022, ya que la crisis sanitaria, la económica y el endurecimiento de la coyuntura aumenta el riesgo como el registro de más empresas en quiebra.
Las intenciones de esta normativa son, como he dicho, positivas y muy necesarias. Pero, esta medida tan llamativa, que tiene como objetivo equipararnos a países de nuestro entorno como Reino Unido en cuanto a agilidad administrativa se refiere, quedará coja si no se acompaña de otras iniciativas que ayuden a afrontar los principales costes que soporta quien decide montar una empresa.
Estos tienen que ver con el encarecimiento de las materias primas y el desabastecimiento; el alto coste laboral -donde deberían promoverse mayores exenciones y bonificaciones-; y la tributación -donde podrían implementarse mayores incentivos-. No negamos que hoy existen tipos impositivos reducidos, pero, en muchas ocasiones, resultan insuficientes y responden a plazos muy limitados. Teniendo en cuenta que la mayor parte de las empresas necesitan inyección de capital por parte de sus fundadores en sus primeros dos años de actividad, quizá debamos consideran en replantear estas medidas, ya que es ahí donde deberíamos focalizarlas.
Medidas sobre financiación alternativa
La Ley Crea y Crece también incorpora, con acierto, medidas sobre la financiación alternativa. Con tipos de interés al alza, las empresas van a necesitar acceder al mercado de la financiación alternativa para lograr liquidez que les permita avanzar. Sin embargo, ese mercado es todavía desconocido para muchos empresarios y, mientras la financiación bancaria sea la principal fuente de financiación para nuestros emprendedores, un capital social de 1 euro prácticamente les descarta para ella desde el inicio.
Los emprendedores deberán, sí o sí, buscar nuevas vías de financiación. Facilitémoslo dándoles acceso a información rigurosa sobre las alternativas existentes junto al asesoramiento de profesionales que les permitan conseguir los recursos adecuados para desarrollar su actividad.
Esta norma, en cuanto a la tendencia y compromiso de la administración y la empresa en la digitalización de procesos, también aportará mayor agilidad en los trámites, reforzando las iniciativas que ya existían desde la entrada en vigor de la anterior Ley del Emprendedor: Punto PAE y CIRCE, que permite constituir y registrar una sociedad sencilla prácticamente en un solo día. Además, fomentará la factura electrónica, la trazabilidad de estas y su tramitación, aunque de nuevo nos encontramos con una traba: el alto coste de contratación de plataformas para realizar la facturación de forma digital.
No caigamos, por tanto, en los cantos de sirena de querer emprender con un euro porque, aunque se reduzca y abarate todo el proceso al máximo, el emprendedor debe tener una estrategia clara y recursos necesarios para afrontar esa primera etapa de lanzamiento. Evitemos llegar a tener un registro de empresas abultado y sin actividad, las conocidas como ‘empresas zombis’, ya que entonces no estaremos cumpliendo con el objetivo de la norma ni construyendo ese tejido empresarial fuerte que tanto necesitamos.
Javier Milara, director Área Mercantil en CE Consulting.