En un mundo que avanza a pasos agigantados y de forma incesante, las necesidades y requisitos de las personas también lo hacen a la misma velocidad. A raíz de la pandemia del coronavirus, hemos visto cómo estas preferencias, también a nivel laboral, han dado un giro radical. Parte importante de la población, pues, ha pasado de desarrollar su trabajo en las oficinas, a inclinarse hacia modelos de trabajo más abiertos y flexibles, con jornadas laborales desarrolladas en remoto.
El teletrabajo, así, se ha convertido en una forma de empleo comentada y discutida diariamente en todos los ámbitos: en la oficina con los compañeros, en las altas direcciones o hasta en las tertulias radiofónicas o televisivas. Un cambio laboral, pero también social, que ha llegado para quedarse.
De hecho, según datos del informe sobre el teletrabajo en España de Randstad, se estima que alrededor de un tercio del total de personas empleadas de nuestro país realiza su trabajo desde casa, una cifra que se prevé que vaya en aumento. Este es, sin duda, un factor a tener en cuenta en la planificación de todas las empresas, que deben liderar el cambio y adaptarse a esta nueva metodología para con sus equipos, así como jugar un papel solucionador y facilitador según las nuevas necesidades del contexto socioeconómico.
Para ello, sin embargo, resulta indispensable implementar espacios que faciliten este trabajo colaborativo. Que la distancia física entre los equipos no suponga un problema para interactuar, crear y, especialmente, conectar entre personas. Y la tecnología, sin duda, es el puntal clave que lo permite. Además de los monitores, tablets o telefonía móvil adaptados, un elemento cada vez más imprescindible en las oficinas son los proyectores, el consumo de los cuales ha aumentado de forma significativa desde el inicio de la pandemia. Con ellos, se consigue establecer dinámicas agiles para realizar reuniones en línea desde cualquier punto del mundo y fomentar los entornos laborales híbridos.
Así, las videollamadas se han convertido en el día a día de muchas personas en su entorno laboral. Un recurso que también es extremadamente útil para hacer reuniones de equipo, agilizar tareas y facilitar la comprensión de cualquier aspecto del trabajo. Además, permiten mantener vivo el vínculo y las relaciones interpersonales entre todos y todas las trabajadoras, así como crear nuevas relaciones sin que la distancia sea un impedimento.
Es por ello que, desde Epson, trabajamos día a día para crear productos tecnológicos que faciliten y fomenten este tipo de interacciones humanas, que son esenciales para la productividad y la creatividad. Un ejemplo de ello es nuestra gama de proyectores interactivos, como el EB-1485Fi, que permiten conectar videollamadas con la máxima resolución y calidad de imagen. Pero, además, también incluyen otras funcionalidades punteras, como la colaboración directa o anotación remota sobre materiales compartidos, o incluso el aprendizaje colaborativo para tareas de formación en remoto.
Así, por ejemplo, estos dispositivos permiten compartir contenido de forma simultánea. Además, también cuentan con la posibilidad de dividir la pantalla, hecho que posibilita que una misma persona pueda compartir dos materiales distintos a la vez. Asimismo, estos proyectores también son táctiles y permiten realizar anotaciones directamente en la pantalla, de una manera ágil y directa. La proyección interactiva, pues, se trata de una herramienta fundamental para poner en contacto a los trabajadores que están en la oficina con aquellos que no se encuentran en sus casas.
Los proyectores son una nueva necesidad de los entornos híbridos y se han convertido en uno de los requisitos de muchos trabajadores. Las empresas, que para prosperar deben adaptarse a los cambios, tienen en ellos una oportunidad para facilitar un trabajo interactivo, flexible, abierto y que ayude a las personas a compaginar de forma más fácil su vida laboral y personal.
Roger Artigues, Director de Videoproyección | Epson Ibérica.