Por primera vez en la historia, las pymes concentran casi el 90% de los fondos en nuestro país, en detrimento de las grandes empresas, que venían obteniendo casi el 40%, de forma histórica. Asimismo, las pymes han sido las empresas que más han solicitado ayudas públicas en 2021 (58,4%), delante de las grandes empresas (57,1%).
Por el contrario, los emprendedores sólo pudieron optar al 3,8% de las convocatorias. Este es posiblemente el colectivo menos favorecido por las ayudas, ya que cuentan con una oferta muy escasa. En este sentido, 1 de cada 3 emprendedores no obtuvieron ninguna ayuda de las solicitadas. Según el informe sobre la financiación pública empresarial, elaborado por TuFinanziación, “el fomento del emprendimiento está poco apoyado en España. La lentitud, la escasa efectividad y la baja cantidad de ayudas dificulta el desarrollo del tejido emprendedor en nuestro país y genera una sensación de desconfianza por parte de estos nuevos empresarios”. Además, el 26% de autónomos y microempresas no obtuvieron ninguna de las ayudas solicitadas.
Durante el año pasado, las ayudas solicitadas que más interés suscitaron fueron aquellas que permitieron a las empresas contar con mayor y capital de trabajo (34%), pagar y contratar al personal (25%) y refinanciar o cancelar deudas (20%). Sin embargo, en 2022 se ha producido un cambio significativo de prioridades para las empresas, que ahora solicitan ante todo la obtención de fondos destinados a la digitalización e innovación, prioridad para el 44% de las empresas que solicitarán ayudas públicas en 2022.
El año pasado, la digitalización se situaba en la sexta posición en el orden de prioridades de las empresas, por detrás de otras prioridades ya mencionadas como la liquidez, la contratación o la refinanciación. En 2022, la digitalización se ha convertido en la prioridad más importante.
En 2021, la I+D+i acaparó el 4,3% de las convocatorias y las ayudas destinadas a este ámbito sumaban 4.919 millones de euros, el 12,2% de los fondos. Las convocatorias de carácter europeo y estatales aglutinaron casi el 93% de los fondos que se movilizaron específicamente para apoyar la I+D+i, por lo que fue muy bajo el presupuesto de ayudas promovidas en otras escalas de la administración.
Madurez empresarial y ayudas
Según el informe, por antigüedad, existe una clara correlación entre el nivel de madurez empresarial y el interés en solicitar ayudas públicas. Así, mientras que solo el 34% de las nuevas empresas (0-2 años) las pide, una de cada dos empresas que cuentan con diez o más años declaran que las solicitaron el año pasado. Una mayor antigüedad no sólo predispone a solicitar más ayudas, sino también incrementa la tasa de éxito. Las empresas entre cinco y diez años de antigüedad obtuvieron un 63% de las ayudas solicitadas, frente a las nuevas empresas que solo alcanzaron el 51%.
Por nivel de facturación, destacan las empresas que presentan mayores niveles de facturación, por encima de diez millones de euros. Entre estas, siete de cada diez afirman que han solicitado ayudas públicas.
A la hora de solicitar subvenciones, la fuente de información más habitual a la que acuden las empresas son los medios de comunicación (37%). Es destacable que las Administraciones públicas solo son utilizadas por el 15% de las empresas consultadas.
Respecto a la Administración Pública, el informe señala que es necesario “optimizar sus webs, creando espacios específicos y potenciar canales como las redes sociales”. Añade que “se debe apostar por la digitalización plena, integral e interconectada de todos los sistemas de tramitación que solucionen, por ejemplo, la necesidad de presentar documentación duplicada que ya está en poder de la Administración pública”. Asimismo, advierte que “la mayoría de las Administraciones públicas todavía no poseen sistemas o procedimientos rigurosos para evaluar el impacto real que tienen las ayudas que promueven, por lo que se siguen distribuyendo recursos a través de convocatorias que generan poco impacto en la economía real”.
Por otro lado, en el contexto de la UE, España se situó en 2019 entre los países con el porcentaje de ayudas sobre el PIB más bajo (0,31%), solo por delante de Irlanda (0,23%) y Luxemburgo (0,26). La media de la UE se sitúa en el 0,81%. En relación a los fondos Next Generation EU, uno de los objetivos prioritarios es promover la transformación del sistema productivo en torno a la digitalización y la sostenibilidad. Sin embargo, “los programas de gasto que se han desplegado hasta el momento se están dirigiendo, en gran media, al propio sector público, sus servicios, entidades vinculadas o a inversiones públicas que tienen un alcance muy limitado en la transformación del tejido productivo”.