Según el estudio Flash Global Market promovido por el sector Dental de la Federación Española de Empresas de Tecnología Sanitaria, en España, el 60% de las clínicas dentales están apostando por las tecnologías digitales para impulsar la recuperación de este sector y llegar a los valores de consumo anteriores a la crisis sanitaria. Asimismo, la impresión 3D en la odontología muestra un crecimiento anual del 35% y alcanzará los 9.500 millones de dólares en 2027, teniendo en cuenta el hardware, los materiales y las piezas impresas en 3D, según un estudio de SmarTech Publishing.
Entre las ventajas que ofrece la tecnología 3D en odontología se encuentra el ofrecer al paciente una solución a su problema, en algunos tratamientos, en apenas 24 horas, ya que aborda los procedimientos de prótesis de una manera personalizada y mínimamente invasiva. En esta línea, dado que se puede planificar el procedimiento terapéutico de manera virtual, el profesional trata a sus pacientes de una manera mucho más eficiente, disminuyendo el tiempo de intervención y aumentando el éxito clínico.
“La planificación virtual de implantes dentales permite diseñar una guía quirúrgica con muchísima precisión”, ha indicado el doctor Itamar Friedländer. En este sentido, Friedländer destaca la posibilidad de “plantearle al paciente diferentes planes de tratamiento y puedes ver cómo va a ser el resultado antes de empezar”. Además, “mejora la comunicación con los pacientes, ya que estos pueden ver el resultado desde el inicio”. Por otro lado, hay menos desperdicio en materiales, ya que la impresión 3D es una tecnología aditiva, esto significa que se van adhiriendo capas de material de acuerdo a la necesidad de cada geometría.
¿Cómo es el flujo de trabajo en odontología cuando se emplea tecnología 3D?
Los pilares principales de estos nuevos métodos de trabajo son los escáneres 3D, el software de diseño (CAD) y la impresión 3D. El doctor Itamar Friedländer, nos explica en qué consiste cada tecnología y de qué manera afecta al flujo de trabajo en la clínica:
- Escáner 3D. En el caso del escáner, puede ser intraoral, de los dientes o un escáner externo, de la cara del paciente. Con el escáner intraoral se puede obtener directamente la réplica digital de los dientes, mientras que con el escáner externo o escaner facial se obtiene replica de la superficie de la cara del paciente y estos datos se pueden combinar con las imágenes obtenidas mediante una tomografía computarizada (un TAC). Toda esta información servirá para la planificación de casos complejos de rehabilitación o de cirugía ortognática. Friedländer añade que “hoy en día con el escáner puedes obtener modelos virtuales del paciente, los cuales puedes imprimir, utilizarlos con un software de diseño para planificar los tratamientos. Todas estas nuevas técnicas nos ayudan a planificar e integrar la estética dental y la estética facial”.
- Software de diseño y procesamiento de datos. Mediante este sistema se realiza la reconstrucción de modelos digitales de las distintas piezas. A partir del modelo digital se pueden diseñar las prótesis del paciente en digital, planificación de la colocación de los implantes e incluso hacer un “set-up” de dientes para poder fabricar alineadores para mover los dientes a la posición planificada.
- Impresora 3D y fresadoras. Si quieres “materializar” estos modelos, se imprime el modelo con una impresora 3D, “lo más común son impresoras de resina que usen diferentes tecnologías para la impresión en 3D”, añaden desde Clínica Friedländer. Por lo tanto, “una vez escaneas al paciente, puedes diseñar una corona sobre un diente, por ejemplo. Posteriormente, esa corona la puedes fresar. Con un bloque de cerámica y unas fresas, la fresadora va puliendo ese bloque hasta que solo quede una corona. Una restauración dental con una precisión altísima”, destacan.
Actualmente, el principal desafío reside en la obtención de un material biocompatible que posibilite la impresión directa de piezas dentarias temporarias y permanentes, sin pasos intermedios. Por otro lado, desde Friedländer revelan que existen determinados casos donde la tecnología digital todavía no supera los procedimientos analógicos. “Por ejemplo, algunos tratamientos de estética muy delicada o de caracterización de la cerámica que se utiliza para las carillas requieren todavía hacerlos manualmente”, explican. Además, destacan que “la tecnología 3D no deja de ser una herramienta para conseguir más precisión en los procesos, haciéndolos también más cortos, y más predecibles. No puede ser todo digital. Se usa la tecnología digital cuando el tratamiento lo requiere”.