Malas noticias para el sector de las startups, que está sufriendo una crisis sin precedentes y el nerviosismo ha entrado en la industria. Según datos recopilados por Layoffs.fyi, un rastreador de despidos tech, estos aumentaron en mayo un 350% a nivel mundial. Matías Bonet, CEO de Smashforward, CTO de lemon.markets y experto en fundación e inversión de startups, prevé que “esta tendencia negativa afectará incluso a startups que han levantado una ronda recientemente. En Europa, se producirá una importante reducción de la demanda de empleo en las startups, siendo más selectivo y reduciendo hasta un 80% sus contrataciones”.
Durante la pandemia, los inversores se mostraban realmente optimistas sobre las nuevas empresas tecnológicas. Los confinamientos y las restricciones obligaron a la población a digitalizar, tanto sus hábitos de consumo como su manera de relacionarse. Este cambio del paradigma social hacia una realidad prácticamente tecnológica empujó a los inversores de riesgo a inyectar grandes niveles de capital en el sector tech, elevando a máximos históricos el valor de las sus acciones en el mercado de valores. Sin embargo, la nueva tendencia apunta a un descenso en el interés de los inversores por estos negocios.
Así pues, pese a que este 2022 parece estará marcado por una disminución en la inversión en startups, esta situación ofrece la oportunidad a las pequeñas y medianas empresas de ser más competitivas, frente a otras grandes de mayor envergadura. En este sentido, cabe señalar que la contratación de talento ha sido una de las mayores problemáticas para el desarrollo de este tipo de empresas tech, ya que, por su naturaleza, no podían igualar las ofertas que las grandes startups ofrecían a sus nuevos talentos. Matías Bonet apunta que “en los últimos años, las startups más potentes han sido las que más facilidad han tenido para la captación de talento digital. Sin embargo, el escenario actual, donde estas compañías verán como desciende la inversión externa en sus proyectos, se convierte en una oportunidad para las pequeñas y medianas startups, que podrán ser más competitivas y tendrán una mayor oportunidad para captar talento”.
El último cartucho para sobrevivir
Las reducciones de contratación y los despidos masivos son una opción común para que las nuevas empresas aumenten la cantidad de tiempo que pueden sobrevivir antes de quedarse sin capital. Según Matias Bonet “entre el 7 y el 12% de las startups que aún no hayan encontrado un mercado sólido para su producto, como por ejemplo, aquellas que ofrecen productos financieros, se verán forzadas a reducir plantilla. Contarán con el equipo mínimo hasta que comiencen a generar ingresos”.
En la misma línea, Bonet prevé que las empresas de outsourcing y consultoría también se verán afectadas. A grandes rasgos, Bonet señala que “entre el 20%-30% de los proyectos vinculados a startups se cancelarán. En Polonia, por ejemplo, varias empresas de outsourcing han observado que su pipeline se ha reducido y el benching se ha incrementado”.
Además, Bonet también prevé que “los ajustes en la plantilla y el descenso en la tendencia de contratación se mantendrá durante los próximos 6 – 9 meses y, precisamente por ello, los equipos de administración de muchas startups están trabajando en la hoja de ruta a ejecutar en las próximas semanas”.
Las alteraciones en los mercados de valores tanto públicos como privados están marcando el 2022 de la industria tecnológica. Los problemas geopolíticos, la inflación que ya se puede observar en grandes ciudades como por ejemplo Nueva York y el aumento de las tasas de interés están sacudiendo el mercado. Las startups europeas empiezan a sentir la presión de los layoffs tras grandes despidos de grandes y conocidas marcas como Getir, y Klarna que solo en el mes de mayo despidieron 4.480 y 700 empleados respectivamente. Mientras que, grandes empresas establecidas en el mercado como Meta, Twitter, Microsoft y Netflix han congelado la contratación.