Declarando ha elaborado una guía con consejos prácticos para que los autónomos puedan proteger sus negocios frente a la fuerte inflación que el país está sufriendo en los últimos meses. Se trata de pequeños gestos que pueden hacer que estos trabajadores optimicen las finanzas de sus negocios, en un momento en el que una mala decisión puede tener consecuencias muy graves para el futuro.
“La inflación es un constructo. Esto quiere decir que para calcularla se cogen una serie de productos y servicios, muchos de los cuáles a lo mejor no consume una persona en concreto, por lo que no le afectan. Por eso, la manera correcta en que un autónomo debería mirar la inflación es analizar de qué forma impacta en su negocio y en sus márgenes. Es decir, se trata de ver en qué medida está afectando a los gastos del día a día de nuestra actividad, de analizar la inflación personal”, asegura Juanjo Traver, economista y cofundador de Declarando.
En este sentido, Traver afirma que, por ejemplo, un informático debería observar cómo ha evolucionado el precio de la luz o de las conexiones de adsl, mientras que un autónomo dedicado a tareas comerciales estaría más expuesto al encarecimiento de los carburantes, ya que la gasolina puede suponer hasta el 80% de los gastos de su negocio.
“En cualquiera de los casos, es importante revisar cómo se ha comportado la cesta de la compra, porque un autónomo también tiene que cubrir sus gastos personales, y si su nivel de vida ha pasado de tener un gasto mensual de 500 € a 550 €, eso también va a tener un impacto al final en su negocio”, subraya.
Estos son algunos de los principales consejos para que los autónomos se protejan frente al periodo inflacionista que estamos viviendo:
Analizar el impacto de la inflación en el negocio
Aunque parezca obvio, es fundamental que el autónomo haga un análisis real de cómo le ha impactado la inflación. A través de este análisis, será más sencillo entender cuánto y de qué forma ha afectado la inflación a su situación personal y, por tanto, será más fácil tomar las decisiones adecuadas en cada caso. Por ejemplo, quizás la inflación sea del 10% pero para un informático suponga el 5%, y para un comercial, del 25%.
Rediseñar la estrategia de fijación de precios
El aumento de los costes y de los precios en general debería llevar de manera natural a un aumento del precio de los productos o servicios ofrecidos. Sin embargo, aquellos autónomos con una oferta muy poco diferenciada, muy condicionada por los costes, se encontrarán con el problema de que el cliente estará poco dispuesto a asumir un aumento del precio.
“Aquellos negocios cuya estrategia de precios está determinada por los costes, tienen mucha menos flexibilidad y es más difícil protegerlos de la inflación. Por este motivo, los autónomos deberían revisar su estrategia de precios y encontrar una excusa para cambiarla por otra que les permita subirlos a cambio de ofrecer un valor extra al producto”, explica Traver.
Buscar productos financieros que protejan de la inflación
Ante escenarios inflacionistas, es importante que aquellos autónomos con inversiones, ahorro y negocios que generan excedentes, busquen productos financieros y de inversión que se adapten a esta situación. En cualquier caso, para que protejan, es importante que los productos financieros o de inversión ofrezcan rentabilidades iguales o superiores a la inflación.
Analizar detenidamente la rentabilidad del negocio
Saber cuál es la rentabilidad del negocio es fundamental para todos, pero se vuelve determinante para aquellos que trabajan por márgenes, como es el caso de los autónomos que gestionan e-commerce. “Muchos autónomos no se paran a analizar cuál es su rentabilidad y, cuando lo hacen, se dan cuenta de que igual están trabajando con márgenes por debajo del 5%; eso significa que tienen un problema muy grave, dado que su rentabilidad está por debajo de la inflación”.
A la hora de analizar la rentabilidad, Traver destaca la importancia crítica de considerar el impuesto sobre beneficios; es decir, la parte que se queda el Estado. “El beneficio se suele entender como el resultado de los ingresos menos los gastos, pero no podemos olvidarnos de los impuestos, que afectan decisivamente a la rentabilidad real del autónomo”.
Llevar una gestión financiera adecuada
Llevar una buena gestión financiera es fundamental siempre, y más, si cabe, en estos tiempos. Para ello, es importante contar con las herramientas necesarias para analizar la situación del negocio y valorar dónde poner los recursos, considerando tanto el riesgo como la rentabilidad.
“Si tienes un negocio cuya rentabilidad a duras penas es superior a la inflación, quizás, en vez de invertir en el negocio contratando personal o ampliando instalaciones, sea más rentable invertir en otros productos financieros o en otros negocios”, concluye Juanjo Traver.