El Grupo Santander y Factum han lanzado Cyber Guardian, una nueva solución de ciberseguridad para que las pymes tengan la misma capacidad que las grandes corporaciones. Cyber Guardian permite a las pymes proteger su negocio de las ciberamenazas, con soluciones punteras y servicios innovadores.
Las mismas fuentes indican que el 70% de los ciberataques que se produce en España son contra pymes y cada uno de ellos tiene un coste promedio de resolución de 35.000 euros, además de los costes operativos, reputacionales y la potencial pérdida de clientes. Son impactos que suponen un duro golpe para una empresa, que puede concluir incluso con su desaparición y que evidencian, una vez más, que la mejor estrategia contra los ciberataques es la prevención.
Cyber Guardian es un servicio que ofrece a las pymes la capacidad de evaluar su riesgo de ciberseguridad; proteger sus dispositivos, emails y navegación, así como formar a sus empleados, entrenándolos con pruebas de phishing y mensajes de concienciación, para convertirles así en la primera barrera de defensa. Esta solución incorpora, además, monitorización proactiva de alertas de seguridad 24/7 y permite responder a las amenazas más avanzadas y emergentes. Todo ello, sin necesidad de conocimientos previos y de forma fácil e intuitiva para el usuario.
Con la herramienta de puntuación de Ciberseguridad mencionada, los usuarios de esta solución mantienen un seguimiento continuo del nivel de ciberseguridad de su negocio y pueden gestionar sus riesgos. Además, el servicio de monitorización permanente y automático evalúa la gravedad de los riesgos.
Al mismo tiempo, la herramienta ofrece protección para todos los dispositivos de la compañía, ya que monitoriza, detecta y elimina virus, ransomware, troyanos y spyware, conocidos o no. Cyber Guardian ayuda a detectar eventuales fallos de seguridad en las webs de la pyme.
La solución de Santander y Factum también ayuda a las empresas en una tarea fundamental: la concienciación de los trabajadores de la importancia de la ciberseguridad. Así, por ejemplo, permite el envío de simulaciones de phishing a los empleados, para que aprendan a reconocer los correos maliciosos y sepan cómo actuar frente a ellos, a través de una formación específica.